Cinco ladrones asaltaron en la mañana de este martes una joyería de la zona céntrica de San Francisco Solano, en Quilmes, donde utilizaron una silla de rueda con la que uno de los sospechosos simuló una discapacidad y una mochila de reparto a domicilio, para llevarse un millonario botín.
Fue apenas un minuto lo que duró el golpe, donde tres de los asaltantes amenazaron con arma de fuego al dueño y un empleado de la joyería Martín, ubicada sobre la avenida 844 al 2500.
“¿Le abro?”, le preguntó un joven cliente a uno de los trabajadores del negocio. Eran pasadas las 10 cuando entraron un hombre en silla de ruedas con una mochila de reparto de una aplicación sobre sus piernas, ayudado por otro. Los dos llevaban gorras y sus rostros tapados.
En menos de un segundo, ambos sacaron armas de fuego. Uno de ellos, que llevaba la silla, empujó hacia adentro del local a una mujer que estaba por entrar a comprar. El que les abrió la puerta también era parte de la banda.
Afuera, un hombre estaba mirando la vidriera cuando observó el movimiento violento de los atacantes. Intentó escapar, pero un cuarto sospechoso lo frenó y lo tiró hacia adentro del local. El hombre cayó al piso, pero rápidamente lo levantaron y lo entraron a la joyería.
Mientras, el joven que estaba en silla de ruedas se paró, pasó del otro lado del mostrador y empezó a guardar las joyas, anillos y bijouterie en la mochila de “Pedidos Ya”.
Su cómplice fue con el dueño de la joyería hasta el fondo, donde le pidió la recaudación, que según declararon las víctimas, fue de aproximadamente dos millones de pesos, entre dinero y joyas.
Los cinco ladrones escaparon en un Toyota Corolla gris que quedó registrado en las cámaras de seguridad de la zona. La Fiscalía N° 3 de Quilmes se encuentra abocada al caso.
La palabra de las víctimas
Martín Blanco es el dueño de la joyería en la que también trabajan su hijo y su hermano. En diálogo con el canal TN, aseguró que los delincuentes “tenían tapadas las caras y usaban guantes”.
“Agarraron a un pobre hombre que estaba mirando un relojito, lo tiraron como una bolsa de papa, y lo arrastraron. Fue el que más golpearon. A mi hermano y a mi hijo lo llevaron para el fondo diciéndoles: ‘¿Dónde está el oro?’”, relató el hombre.
Según declaró uno de los dueños del local, se llevaron cerca de dos millones de pesos, entre dinero en efectivo (unos 200 mil pesos), joyas, anillos y alianzas.
EMJ