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Robo de cuentas infantiles: las medidas clave para proteger a los más chicos de las estafas online

La protección de cuentas online no es sólo un problema para los adultos. Los ciberdelincuentes también apuntan a suplantar identidades a través del acceso no autorizado a cuentas de chicos: por tratarse de usuarios muy activos y conectados, son un blanco cada vez más frecuente entre quienes se dedican a las estafas.

A través de técnicas viejas pero efectivas, como el phishing por correo electrónico, engaños mediante ingeniería social como hacerse pasar por un conocido, o simplemente abusando de cuentas que no tienen doble factor de autenticación, los estafadores apuntan también a los menores de edad.

“La información personal de niñas y niños tiene una gran demanda entre los ciberdelincuentes. Estos suelen recopilar y luego venderlos en mercados y foros de la dark web, para que los estafadores los utilicen. Una vez que los compran, los estafadores la utilizan para muchos de los mismos fines que la información de los adultos”, explican desde ESET.

Acá, de qué se trata este fenómeno, dónde se está usando mucho y cómo prevenirlo.

Qué es la suplantación de identidad infantil

Robo de contraseñas, una puerta de entrada Foto: ShutterstockRobo de contraseñas, una puerta de entrada Foto: Shutterstock“El robo de identidad de menores se produce cuando alguien utiliza ilegalmente la información personal de un menor de edad, normalmente su número de seguridad social, para cometer fraude”, explica a Clarín Vandana Verma, experta en ciberseguridad y presidenta de Infosec Kids, una organización que trabaja en la protección online de menores de edad.

En Estados Unidos, según datos de ESET, casi un millón de víctimas costaron más de mil dólares por familia y mil millones de dólares en todo el país. Esto es lo que se conoce como “suplantación de identidad infantil” y, en este caso puntual, creció de manera muy fuerte en el país del norte por la posibilidad de abrir cuentas bancarias desde una edad temprana.

“Esto puede incluir la apertura de cuentas de crédito, la solicitud de préstamos o incluso el alquiler de propiedades a nombre del menor. A diferencia de los adultos, los niños no suelen tener un historial crediticio, lo que los convierte en un blanco fácil de explotar”, agrega.

Hay dos componentes que, según la especialista y miembro del board de de Black Hat, hacen que este delito sea cada vez más frecuente: “Dado que el robo puede pasar desapercibido durante mucho tiempo, el delincuente puede explotar continuamente la identidad del niño, arruinando potencialmente su crédito incluso antes de que se convierta en adulto”.

Además, “los padres no suelen pensar en comprobar el historial crediticio de sus hijos, lo que permite que la actividad fraudulenta pase desapercibida durante años”, detalla.

“El estafador puede estar más seguro de que los datos no serán bloqueados por bancos o agencias gubernamentales. Además, es poco probable que los niños revisen regularmente su cuenta bancaria o informes crediticios; las estafas pueden pasar desapercibidas durante años.”, explica Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de ESET Latinoamérica, en un estudio publicado por la empresa de ciberseguridad.

Sin embargo, fuentes bancarias explicaron a Clarín que este tipo de delito no es tan común en Argentina, aunque sí tiene potencial de ser explotado debido a que hay entidades financieras que permiten que menores: “La caja de ahorro para adolescentes es una cuenta bancaria en pesos que pueden abrir jóvenes de entre 13 y 17 años, de manera gratuita y sin autorización de una persona mayor de edad (mamá, papá o adulto responsable)”, explican en el sitio oficial del Gobierno Nacional.

Los métodos más comunes de robo de identidad son los mismos que corren para los adultos: phishing por correo electrónico, secuestro de cuentas por fuerza bruta (para cuentas sin doble factor de autenticación activado).

Consejos para evitar el robo de identidad infantil

Redes sociales, puerta de entrada para estafas. Foto APRedes sociales, puerta de entrada para estafas. Foto APVerma sugiere las siguientes prácticas para evitar sorpresas:

Que los niños recuerden siempre que el “no hablar con extraños” de la vida real funciona también para el mundo virtual: los riesgos son exactamente los mismos. “No chatees ni compartas información personal con personas que no conoces en la vida real”, explica.Utilizar siempre contraseñas fuertes y únicas y nunca compartirlas.Pensar antes de publicar fotos o mensajes. “¿Te parecería bien que tu familia los viera? Sé amable y respetuoso con todo el mundo en Internet, igual que lo harías en la vida real”, sugiere.“Hay mucho spam y enlaces no deseados: pensá antes de hacer clic en los enlaces. Podrían ser estafas o contener virus”, agrega.“Recordá que todo lo que publiques en Internet puede estar ahí para siempre, aunque lo borres. Internet nunca olvida”, sentenciaNo compartas nunca los datos de acceso, ni siquiera con amigos íntimos.Para los padres, sugiere:

Controlar la configuración de privacidad de las cuentas y dispositivos de su familia. Hablar de la seguridad en Internet con sus hijos antes de que se sumerjan en las redes sociales.Pensar dos veces antes de hacer clic en enlaces o archivos adjuntos de correos electrónicos, sobre todo si proceden de fuentes desconocidas.Utilizar métodos de pago seguros y asegurarse de que el sitio web es seguro antes de introducir cualquier información financiera.Utilizar controles parentales para limitar el acceso de sus hijos a Internet.Hacer copias de seguridad periódicas de los datos importantes en un disco externo o en la nube.Pensar dos veces antes de publicar fotos de sus hijos o etiquetar lugares.Familiarizarse con las plataformas que utilizan sus hijos para chatear o hacer videollamadas y asegúrese de que son seguras.Proteger siempre la red Wi-Fi doméstica con una contraseña segura.Más allá de estos consejos, desde el lado de los padres, los expertos coinciden, sobre todo, en tener más cuidado con la información que se sube: tenemos la responsabilidad de detenernos a pensar antes de postear, para seguir cuidándolos tal como lo hacemos en los otros ámbitos de sus vidas. Deberíamos intentar preservar a los niños y niñas de las consecuencias indeseadas de la exposición pública algunas, lamentablemente, peligrosas”, cierra Silvina Tantone, especialista en Educación y Nuevas Tecnologías, Mentora Educativa de Argentina Cibersegura ONG.

A fin de cuentas, un mundo online más seguro se construye desde los primeros años de vida.

SL

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