Naña eso toques lo que funciona, que dicen. Y Jorge Vilda hizo honor al dicho. Se presentó en cuartos con diez de las onces futbolistas que salieron de inicio ante Suiza, en octavos. Un solo cambio: Mariona entraba por Salma, para reforzar el interior con una centrocampista más en caso de necesidad.
Era el partido más importante de la historia de la selección española y el ambiente no fue para menos, aunque con muchas más camisetas y bufandas ‘oranje’ que rojas, pues hay una gran comunidad neerlandesa en las Antípodas.
Dominio total
Los primeros minutos fueron para Países Bajos. Presión alta, España jugaba en campo propio y perdía en los duelos individuales. Con paciencia, sin perder el control y buscando jugar desde el orden y la calma creando y encontrando espacios, la Roja se fue encontrando poco a poco y pasó a dominar el encuentro.
Tuvo el primero en sus botas Esther, que se quedó sola ante Van Domselaar tras una brillante jugada iniciada por Mariona y completada por Jenni Hermoso, de nuevo interior zurda. Al disparo le faltó potencia y puntería. La más clara llegó antes del minuto veinte, para Alba Redondo, pero la mala fortuna estrelló el esférico dos veces contra la madera.
Once ocasiones y un gol anulado a Esther
Era cuestión de tiempo que entrase el balón, las ‘oranje’ solo habían rozado el tanto en una ocasión tras un centro envenenado de Brugts que no llegó a rematar Martens, y acabó entrando. Centro de Mariona, pase elevado de Alba y Esther la empujó adentro. La euforia duró poco. Lo anuló Frappart, ayudada por la tecnología, por fuera de juego de la ‘9’.
Había conseguido lo más difícil España, que era someter a la vigente subcampeona del Mundo y tener vía libre para jugar a lo suyo. Toda la línea defensiva y Cata Coll se mostraban muy seguras y el partido se fue al descanso sin ningún tiro a puerta de las neerlandesas y con un disparo lejano de Ona Batlle, que estaba siendo la mejor, que se marchó rozando el larguero.
La justicia del VAR
Tras la reanudación no hubo cambios visibles en el juego de ninguno de los dos equipos. Países Bajos seguía con las mismas cartas y Jonker parecía satisfecho con lo que veía en el campo. Seguía dominando España y Esther volvió a rozar el gol, de nuevo sin suerte. La conexión entre Ona y Mariona por la izquierda, con las intervenciones de Jenni Hermoso, eran pura magia.
En un segundo pudo cambiar todo. Señaló penalti Frappart por una carga (legal) de Paredes sobre Beerensteyn en el área. Corrigió la colegiada tras consultar el VAR y recuperó el aliento España. Volvió a impartir justicia la tecnología y avisó a Frappart de unas manos en el área de Van der Gragt. Penalti para la Roja. Y Mariona, la que siempre está, la que siempre aparece y asume galones cuando el equipo lo necesita, lo transformó para desatar la locura en Wellington.
Esta vez sí
Duró poco, de nuevo, la euforia para España. Nada más empezar el añadido -doce minutos- Van der Gragt enganchó a la defensa demasiado adelantada y superó a Cata con un disparo cruzado para hacer el empate, haciendo saltar al campo a todo el banquillo neerlandés. Y el partido se fue a la prórroga.
Cuando parecía que el duelo se lo iba a llevar Países Bajos, crecido y superior en el tiempo extra tras el gol del empate ‘in extremis’, Salma se quedó sola por la banda. Y cuando esto pasa no hay nadie que la pueda frenar. La extremo del Barça se lo creyó, controló, encaró y definió a la perfección para anotar el segundo. Un gol que vale unas semifinales. Historia viva.