San Lorenzo fue semifinalista de la anterior Copa Argentina que conquistó Estudiantes de La Plata. Su presentación en la edición 2024 ante Independiente de Chivilcoy, uno de los representantes del Federal A, fue con un triunfo liviano. Sigue sin jugar bien, no despega, pero la victoria por 1 a 0 por los 32avos de final le dio otras herramientas a futuro. La nueva apuesta de Rubén Insua funcionó a medias: ahora busca ser ofensivo, para cambiar la cara de un equipo que suele ser conservador.
El Ciclón deberá esperar la resolución en torno al clásico que Tigre le ganaba a Chacarita (1-0) y fue suspendido por la agresión al futbolista Fernando Brandán, del Funebrero, quien recibió un botellazo lanzado por un hincha. El Ciclón se presentó en el certamen doméstico luego del empate sin goles en el clásico ante Huracán, como visitante, del pasado sábado por la Copa de la Liga.
La determinación de San Lorenzo de convertirse en un equipo más ofensivo, al mismo tiempo, le trajo complicaciones en la última línea, bien resueltas por Altamirano, el arquero, con un par de intervenciones peligrosas. Con Bareiro un poco más alejado del área, Herazo en su hábitat de confort y una suerte de enganche como Tapia, el Ciclón atacó todo lo que pudo, pero le faltaron creatividad y potencia en los metros finales. Se notó la diferencia de categoría desde el arranque, aunque el elenco del Chivilcoy se sintió cómodo bajo el calor del contraataque.
El Perrito Barrios encontró un cómplice en la creación azulgrana, lo que no es poco. Sin embargo, no podían provocar juntos jugadas de peligro, excesivamente parados, estructurados. Independiente tomó nota de cierta fragilidad por el sector izquierdo (otra de las sorpresas del Gallego, el colombiano Nicolás Hernández) y avanzó por ese sector con entusiasmo, del 4 al 7, como dicen los manuales.
San Lorenzo no pudo. No pudo durante toda la primera mitad.
Sorprendió Rubén Insua al disponer de una formación audaz. Atrevida, al menos, si se la compara con buena parte de su trayectoria, sobre todo en su segunda parte como entrenador de San Lorenzo. Cuando consiguió la Copa Sudamericana, con un descomunal Leandro Romagnoli, jugaba de otro modo. Al menos, arriesgaba algo más. “Nosotros jugamos de esta manera en 2002, cuando ganamos la copa. Ahora modificamos un eslabón nada más, en vez de un líbero en el fondo, lo tenemos en la mitad de cancha”, reconoció, unos minutos antes del encuentro, en una charla con TyC Sports.
Cuatro defensores. Un enganche, Iván Tapia, el hijo del presidente de la AFA, de buena trayectoria en Barracas Central. Y con dos delanteros, dos número 9 pesados, Bareiro y Herazo, el Lukaku de esta parte del mundo, según se lo conoce en el Mundo San Lorenzo. Eso sí: la mayoría de las adquisiciones deben seguir esperando. ¿Están mal físicamente o se debe a una decisión política?
“No creo que sea obligatorio que jugadores que se sumen al equipo deban ser titulares. Hay jugadores que llegaron cinco días antes del comienzo del torneo. Acá nada ni nadie está por encima del escudo de San Lorenzo”, suscribió. Y fue más allá, al evitar confrontaciones que suelen ser moneda corriente en las redes sociales. “Creo que por el hecho de ser refuerzos los jugadores no tienen por qué jugar. El plantel lo entendió muy bien. Para jugar en la primera de San Lorenzo hay que pasar muchos obstáculos”, afirmó.
Sin magia en la primera parte, pateó el tablero para la segunda mitad. Adentro Tarragona, Braida y el chico Medina, afuera Tapia, Herazo y Hernández, lo que confirma la tendencia: qué poca paciencia que tiene el DT con los refuerzos. Al rato, Tarragona, que no suele ser tenido en cuenta, capturó un despeje corto de Aquino y dispuso de un remate cruzado, lejano, que estableció la apertura del marcador.
No es bueno el arranque del Ciclón durante 2024. Está en el puesto número 9, con 7 puntos en la zona B, a 12 de Godoy Cruz, el líder. Un triunfo: 2-0 sobre Tigre. Y poquito más. “El equipo tiene las repuestas físicas normales y esperamos empezar a ser fuertes. Tenemos que volver a ser un equipo fuerte, confiable y que gane”, se entusiasmó.
Independiente de Chivilcoy fue protagonista del ascenso en la temporada pasada, ya que alcanzó los cuartos de final del torneo Federal A, aunque fue eliminado por Olimpo, de Bahía Blanca. El equipo de Chivilcoy se quedó sin entrenador tras la salida de Alberto Salvaggio, quien fue reemplazado por su ayudante, Daniel Olmedo. Mientras se prepara para el nuevo Federal A, el Rojo armó un equipo prácticamente nuevo con 12 refuerzos. Estuvo a la altura, hasta con un remate en el final que salvó Altamirano.
Y zafó San Lorenzo. Un alivio: sigue adelante.
LA NACION