La crisis económica volvió a golpear con fuerza al sector lácteo argentino. Más de 400 trabajadores quedaron sin empleo tras la declaración de quiebra de la fábrica que producía yogures y postres para SanCor, un golpe que marca el cierre definitivo de una de las plantas más reconocidas del rubro.
El fallo fue dictado por el Juzgado Comercial N° 29 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del juez Federico Güerri, quien dispuso la liquidación total de la firma después de meses de intentos fallidos por revertir la situación financiera.
La medida deja sin actividad a las dos plantas productivas que operaban en Buenos Aires y Córdoba, además de impactar en una extensa red logística que abastecía a miles de comercios en todo el país.
La compañía venía atravesando una crisis sostenida marcada por deudas, paralización productiva y un concurso preventivo que no logró atraer a inversores. Los trabajadores, que llevaban meses con salarios atrasados y sin certezas, ya se habían declarado despedidos antes del fallo judicial.
ANSES anunció quiénes dejarán de cobrar asignaciones familiares desde noviembre y de cuánto serán los nuevos montos
DepositPhotos
Recién este jueves se confirmó la sentencia definitiva que pone fin a Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA), responsable de fabricar una amplia gama de productos lácteos que durante años formaron parte de la mesa de los argentinos: yogures, flanes, postres y bebidas bajo las marcas Shimy, Sancorito, Sublime, SanCor Vida, Yogs y Primeros Sabores.
El proceso judicial de ARSA se extendió durante más de un año. En abril de 2024, la empresa había ingresado en concurso preventivo en un intento por evitar la disolución. Incluso se mencionaron posibles interesados en el salvataje, entre ellos Havanna, Inverlat, Werthein y CarVal, pero ninguno avanzó con una oferta formal. Con el correr de los meses, la falta de producción y la incertidumbre económica precipitaron el cierre definitivo.
Fechas de cobro de ANSES en noviembre de 2025: mínimos, máximos y asignaciones
Desde el gremio Atilra, que representa a los trabajadores lácteos, denunciaron reiterados incumplimientos por parte de la empresa: salarios impagos, sueldos abonados parcialmente y más de tres años sin aportes a la obra social. Según señalaron, de acuerdo a lo publicado por Info Gremiales, “la situación era insostenible y los empleados llevaban meses sobreviviendo sin respuestas ni diálogo”.
Ámbito.com
La caída del consumo interno, los costos crecientes de la materia prima y la inflación constante fueron los factores más mencionados en los descargos de la firma, que también apuntó contra las políticas de control de precios implementadas por el anterior gobierno. Sin embargo, referentes del sector sostienen que la quiebra fue consecuencia de errores de gestión y endeudamiento acumulado, más que del contexto económico general.
De qué trata el préstamo de hasta $100 millones para comprar autos 0 km a pagar en 72 meses
Una historia marcada por cambios de dueños y promesas incumplidas
La historia de Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA) estuvo signada por sucesivos cambios de conducción y una gestión cada vez más inestable. Hasta 2022, la compañía había estado bajo control del grupo Vicentin, que la utilizó para relanzar parte del portafolio de SanCor tras el declive de la cooperativa santafesina.
Ese mismo año, la firma pasó a manos de los empresarios venezolanos Manuel y Alfredo Fernández, vinculados a la compañía La Suipachense, a través del grupo Maralac S.A.. Prometieron reactivar la producción y garantizar los puestos de trabajo, pero los resultados nunca llegaron: las plantas funcionaron de manera intermitente y las deudas crecieron.
Todo Lechería
Moratoria ANSES: cuáles son los requisitos para mujeres de 50 y varones de 55 años que buscan jubilarse
Con una red logística que involucraba a 165 distribuidores y una cobertura de 70.000 puntos de venta semanales, ARSA llegó a ser una de las principales elaboradoras de productos lácteos del país. Sin embargo, la falta de inversiones, el atraso salarial y la pérdida de contratos con supermercados aceleraron su caída.
En los últimos meses, la producción se redujo al mínimo y los trabajadores denunciaron que los directivos abandonaron las instalaciones sin dar explicaciones. La decisión judicial de quiebra, por lo tanto, solo formaliza un cierre que ya se percibía inevitable.
Con la liquidación confirmada, el futuro de los más de 400 empleados sigue siendo incierto. Algunos esperan una propuesta de continuidad a través de una cooperativa de trabajo, mientras otros iniciaron demandas laborales. Lo cierto es que, con el fin de ARSA, la industria láctea argentina pierde otro actor histórico y cientos de familias se quedan sin sustento.
