En Uruguay, el Mes de la Diversidad Sexual se celebra en septiembre, a diferencia de muchos países donde el Orgullo LGBT+ se conmemora en junio.
Esta fecha coincide con el inicio de la primavera, y con la fundación de las primeras organizaciones del lobby LGBT+ en el país.
La elección de septiembre también se debe a razones climáticas, ya que el invierno uruguayo en junio dificulta la realización de eventos al aire libre como marchas.
Imposición violenta del Estado
El Estado uruguayo no debe promover ninguna orientación sexual. La sexualidad es un tema íntimo de cada individuo, y cuando el Estado promueve determinada preferencia sexual, cualquiera que sea, está usando su fuerza coactiva para someter al resto de la población que no tiene esa preferencia.
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Se usan los recursos públicos, que se financian con los impuestos de los contribuyentes, para financiar a determinado grupo de individuos que tienen una orientación sexual, discriminando al resto de la población que también paga impuestos, y que merece igual trato.
Despilfarro de dinero público
El Estado uruguayo, desde hace décadas, cobra altísimos tributos a los contribuyentes.
Cobra impuestos, tasas, y contribuciones especiales, que son recaudados y malgastados desde hace muchísimos años.
La carga tributaria es altísima, y la casta política la despilfarra de la peor forma.
Desde hace años cada vez que llega septiembre, denominado Mes de la Diversidad Sexual, se malgasta el dinero de todos en promover determinadas orientaciones sexuales, en detrimento de otras.
En lugar de usar ese dinero para, por ejemplo, mejorar la seguridad pública, se lo malgasta en marchas, eventos, fiestas, y en contratar «artistas populares».
Todo con dinero de los contribuyentes.
En lugar de usar ese dinero para algo útil, o para disminuir la carga impositiva, la casta política lo mal utiliza para financiar al lobby LGBT.
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El lobby LGBT tiene todo el derecho a hacer fiestas, eventos, marchas, y espectáculos, pero debe hacerlo con dinero privado, y no utilizar recursos públicos para financiar su lobby.
La izquierda uruguaya, siempre totalitaria y antidemocrática, avasalla los derechos individuales y utiliza el aparato coactivo del Estado para promover algunas orientaciones sexuales, y para discriminar a otras.
Malgastan el dinero de los contribuyentes demostrando en absoluto desprecio por los uruguayos honestos que en el sector privado se esfuerzan y se sacrifican pagando impuestos, para solventar los gastos del Estado.
Una muestra de totalitarismo
El hecho de que el gobierno Yamandú Orsi y Carolina Cosse despilfarre el dinero de los contribuyentes para financiar a un lobby discriminando al resto de la sociedad, muestra a las claras el desprecio que tienen por el esfuerzo del trabajo de los uruguayos.
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Mientras miles de trabajadores no llegan a fin de mes, y cierran empresas por dificultades económicas, el gobierno uruguayo tira el dinero de todos y despilfarra recursos humanos y materiales en el Mes de la Diversidad Sexual.
Es hora de reducir impuestos, promover al sector privado, y dejar de malgastar el dinero de los contribuyentes en delirios ideológicos que no le aportan nada a positivo a la población.
Es todo un absurdo y una falta de respeto a los contribuyentes.