Así como vino, se va: agosto ha sido un mes pródigo tanto en separaciones como en traiciones faranduleras, y sobre el final, antes de despedirse, vuelve a golpear al ambiente de la tele y de la radio con una noticia que nadie se esperaba. Dos periodistas que habían empezado a quererse, y a frecuentarse, y a desearse, ahora perdieron todas esas «ganas» y esos «sentires» y decidieron terminar su relación. ¡Sonaron!
Si fuese un enigmático de esos que se pusieron tan de moda en la televisión, habría que decir que el más famoso de los dos es él (bastante más famoso) pero que ella, si bien no es taaaaan conocida, es muy prestigiosa y muy aclamada dentro de un medio, el de los periodistas, que no regala elogios ni consideraciones precisamente. «Es una de las nuevas joyas de la profesión» se animaron a calificarla. ¿Para tanto? Parece que sí.
Arranquemos, entonces, haciendo un acto de justicia con ella. «Escribe como los dioses, y habla todavía mejor. Si todos trabajaran como ella este laburo sería ideal, y además tanto los lectores como los televidentes, es decir todo el público, estarían agradecidos». De esa manera presentan quienes la conocen a Victoria de Masi, «Vicky» para sus más cercanos. Anotado el nombre para seguirla y prestarle más atención: si es tan buena en lo suyo, hay que reconocerlo.
El de Victoria no es un nombre muy popular. Sí para quienes la leen, la escuchan o la siguen en sus redes sociales. Pero no para el gran público, para las multitudes, para la masa. No es una identidad o «una firma» que se iba a mencionar en una reunión familiar, en una charla de oficina entre compañeros de laburo que se toman un feca o comparten unos matienzos o entre dos que se mandan whatsapps mientras viajan en bondi. Bueno, pensándolo bien, el de él tampoco aparecería en esos momentos, pero que es infinitamente más conocido que ella no caben dudas.
LA PAREJA DE PERIODISTAS QUE DECIDIO SEPARARSE Y SORPRENDIO A TODO EL MUNDO
¿Y quién es él, cómo cantaba José Luis Perales en una de las canciones de desamor más famosas y pegadizas de la historia? Nada más y nada menos que Matías Martin. La historia se dio como suele suceder: cuentan que ella fue al estudio donde él conduce un programa de radio, él se interesó por sus formas y su estilo y cayó subyugado y vencido no sólo frente a tanto talento, sino también ante esa belleza que a Victoria se le sale por los poros.
«Tan buena periodista como linda, atractiva y sensual» la calificaron después «las malas lenguas». ¿Pero tiene todo esa chica? Y puede ser, pero aún «teniendo todo» y «sobrada como para cantar Victoria» como la pintan no le alcanzó para sostener el vínculo con Matías, que antes de conocerla venía de romper con la modelo Natalia Graziano en una historia que a los chimenteros y al público les pareció muy interesante cuando sucedió, porque las noticias sobre ese chisme medían como ninguna. Según publica el irónico sitio «El Canciller» se acabó lo que se daba: «La tristeza invade a la Argentina: después de 9 meses de amor, se separaron Matías Martín y la periodista «Vicky» De Masi» pusieron en su picante cuenta de Twitter. Y si ellos lo dicen…