Evidentemente, el marcador central Valentín Gómez tiene enorme suceso en la Argentina pero sufre horrores cada vez que prueba suerte en el extranjero. A pesar de su corta edad (tiene apenas 21 años) acumula ya dos experiencias europeas absolutamente críticas y frustrantes, una en Inglaterra y la actual en Italia. En nuestro país, en cambio, se consolidó rápidamente en primera, recibió toneladas de elogios y ya fue campeón de la Liga como uno de los baluartes y figuras de Vélez. Acá perfecto, allá la odisea.
Seguro, sobrio, expeditivo cuando debe serlo, también recio si la situación lo requiere y hasta lujoso cuando las circunstancias lo permiten, Valentín Gómez tardó muy poco tiempo en llamar la atención de los «cazadores de jóvenes talentos» que los grandes del fútbol europeo despliegan en la Argentina. Al calor de sus muy buenas actuaciones de Vélez al toque le llegaron ofertas y proposiciones.
La elegida fue la del Manchester City, nada más y nada menos. La super poderosa Premier Inglesa y el inmaculado equipo de Pep Guardiola resultaron el combo perfecto e imposible de rechazar. Valentín cruzó el Atlántico y cundo estaba por ser presentado como un integrante más del plantel «ciudadano» recibió un terrible cachetazo: la revisación médica dio mal y el club inglés desistió de contratarlo.
De regreso en la Argentina, el profe Gustavo Quinteros le devolvió la confianza en Vélez y él pagó con dividendos de «carry trade»: fue una de las piezas claves del equipo que ganó la Liga en un electrizante partido final contra Huracán. El 2-0 logrado en Liniers más la derrota 3-1 de Tallares ante Newells les permitió a los de la V azulada volver a celebrar un título después de 12 años sin conseguirlo.
FUE CAMPEON ARGENTINO EN DICIEMBRE, LO VENDIERON EN 10 MILLONES Y VIVE UNA INSOLITA ODISEA EN ITALIA
En 2025 llegaron un nuevo mercado de pases y un «jugador» diferente al fútbol argentino: el magnate Foster Gilette se puso a la cabeza del desembarco de las SAD (Sociedades Anónimas Deportivas) que pretende instalar el gobierno nacional. Como la legislación local no le permite «comprar» un club, se asoció con Estudiantes (prometió invertir 150 millones de dólares en 10 años) pero también decidió adquirir algunos jugadores. Uno de ellos, lógicamente, fue Valentín Gómez, una piedra preciosa dada su edad, sus cualidades y su poder de reventa en el futuro.
Foster acordó su compra con Vélez en una suma cercana a los 10 millones de dólares (8,5 por el pase más porcentajes e impuestos) para cedérselo al Udinese de Italia. Valentín Gómez se fue a Undine y allí comenzó su calvario. Como el dinero de la compra todavía no llegó a la cuenta del Fortín, desde acá no envían el transfer y el club italiano no acepta que se sume a los entrenamientos: «Está entrenando solo en una plaza para no perder estado físico. Corre junto a los chicos que juegan en el lugar. Está un poco bajoneado porque se siente desprotegido y desamparado, cayó en un limbo y no se sabe cómo ni cuándo saldrá» contaron en en una emisora radial. ¡No la pega!