El gobierno está desarrollando una reforma laboral de hecho, lo que se dará antes de ser formalizada en el Congreso. Ya hay paritarias no homologadas en curso y la idea es que algunos cambios en el salario se den como acuerdos entre partes: cambios en los Convenios Colectivos de Trabajo (CCT), negociaciones paritarias por empresa y aumentos de salarios reales solo cuando se gane productividad.
¿Acuerdos de parte?
El gobierno dio a conocer su idea para llevar adelante una reforma laboral monumental, explica que lo que quiere lograr es que estas modificaciones se den como acuerdo de partes en las paritarias o como modificaciones en convenios colectivos también con acuerdos. Y que los aumentos se den realmente cuando se den aumentos en la productividad.
Es decir, que cada trabajador produzca más en menos tiempo y cobre si eso se logra. Es más, ya hay varias paritarias que han quedado a mitad de camino, paralizadas o cerradas con el porcentaje determinado por el gobierno mas allá que había acuerdo de partes por mayor porcentaje.
De esta forma, sin un proyecto de ley, el gobierno busca que los sindicatos negocien empresa por empresa su situación. Obviamente estas modificaciones no tendrán nada de “acuerdo”, es la imposición de la empresa al trabajador y en este caso con legitimidad del Estado. O será la imposición del gobierno a ambas partes. El gobierno busca de este modo con anuencia de los sindicatos legitimar estos cambios y así lo formalizarán sin necesitar discutirlo en el Congreso.
Reforma laboral que encamina más ajuste
Los funcionarios dicen que la Argentina quedó cara en dólares: tanto los precios de bienes y servicios como salarios (la fuerza de trabajo) son más altos para competir frente a otros países, por los aumentos nominales de los sueldos y la apreciación del peso frente al dólar que ocurrió en 2024. Obviamente el problema de fondo es la recesión y la baja de consumo, que termina siendo el eje de debate de los últimos días. 867 fábricas cerraron en el 2024. Y es obvio que esa situación impacta en la dinámica industrial. Además, esta situación genera incentivos al turismo internacional de los argentinos hacia el exterior y a que las empresas se dediquen a las importaciones, eventualmente bajando las persianas de la producción local.
El gobierno busca resolver esta catástrofe y avanzar en la reforma laboral que pretenden. Como no piensa una devaluación para acomodar variables económicas, para evitar que esa tendencia se consolide busca bajar impuestos cuando sea sostenible y no altere el equilibrio en las cuentas públicas -superávit fiscal- intenta que la variable sea el salario.
La reforma laboral “de hecho” que busca el gobierno apunta a paritarias por empresa y aumentos de salarios por productividad, de este modo quieren evitar despidos masivos y más cierres de fábricas y una baja salarial.
Teléfono rojo para la CGT y CTAs
Desde hace meses los trabajadores estamos llamando a los dirigentes de las centrales para que enfrenten este ajuste. Lejos de atender nuestro teléfono, los popes de la CGT atendieron rápido el teléfono rojo del gobierno y siguen hablando de esperar y no hacer nada que sea destituyente. Además acuerdan con la reforma: ven positivo que se “acuerde” entre las partes, cosa que no es cierta y es solo una ficción. Pero celebran que con esta forma se conserve el convenio colectivo y las paritarias. Lo que hay que saber es que esta reforma de hecho es la punta del iceberg de una reforma laboral que se legitimará luego con muchos ejes más que reventarán los derechos laborales y conquistas.
Pablo Moyano, que pretendió diferenciarse, está pensando en irse a vivir al extranjero y dedicarse a otra cosa. Hay luchas y procesos que por ahora son protagonizados por trabajadores autoconvocados o con algunas direcciones sindicales obligadas por la presión por abajo.
Es necesario un plan de lucha que enfrente no solo el ajuste, sino también esta reforma laboral de hecho y frenar los despidos y cierres fabriles. Es clave organizarnos por abajo para construir y unir ese plan de lucha al que se niegan desde las centrales y sindicatos a desarrollar.
La casta no somos los trabajadores , ni los jubilados , ni los docentes ni estatales. La casta goza de buena salud y celebra cada medida.