El fútbol está lleno de personajes icónicos y uno de ellos es sin duda José Luis Chilavert. Este arquero paraguayo se destacó por su desempeño bajo los tres palos y su inusual habilidad para anotar goles. Con su carácter fuerte y declaraciones polémicas, Chilavert generó amores y odios, consolidándose como uno de los jugadores más recordados en la historia.
El arquero que brilló en Vélez, con su estilo único y una gran destreza en el campo, dejó una huella imborrable en el fútbol argentino, especialmente con aquel primer gol de tiro libre que rompió paradigmas y asombró a todos. Su audacia no solo le permitió atajar, sino también liderar y atreverse a realizar tiros libres que lo convirtieron en un fenómeno mediático y deportivo.
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Chilavert fue elegido como el mejor arquero del trébol mundial
El primer gol de tiro libre de un arquero en la historia del fútbol argentino
El 2 de octubre de 1994, el Estadio José Amalfitani fue testigo de un hecho histórico: el primer gol de tiro libre de un arquero en el fútbol argentino. En aquel partido se enfrentaban Vélez Sarsfield y Deportivo Español en una tarde nublada, y el gol que cambiaría la historia estaba por llegar. Chilavert, bajo las órdenes de Carlos Bianchi, se adelantó desde su arco para ejecutar un tiro libre que dejaría a todos sin palabras.
El momento fue sorpresivo. Habitualmente, el encargado de los tiros libres en El Fortín era Roberto Trotta, pero el DT de la V azulada decidió confiarle a Chilavert la responsabilidad, quizás influido por las habilidades que el arquero demostraba en los entrenamientos. En tan solo 1,2 segundos, el potente disparo de Chilavert cruzó el campo y se alojó en el palo derecho del arquero de Deportivo Español, Marcelo Pontiroli. Ese gol no solo le dio la victoria al local, colocándolo en la cima de la tabla, sino que marcó un hito en el fútbol argentino, siendo el primer gol de un arquero en esta modalidad.
“La decisión fue arriesgada, pero confiaba en lo que podía hacer”, declaró Bianchi sobre su elección. Para ese entonces, Vélez ya había ganado la Copa Libertadores, y el gol de Chilavert contribuyó a fortalecer la racha ganadora del equipo. Este tanto memorable inspiraría a otros arqueros de renombre quienes luego se atreverían también a lanzar tiros libres y penales.
Chilavert continuaría desafiando las normas, anotando otros goles a lo largo de su carrera y convirtiéndose en un arquero reconocido por sus habilidades tanto defensivas como ofensivas. Su influencia y su primer gol de tiro libre seguirían siendo recordados por fanáticos y expertos del fútbol.
Cómo fue la carrera de José Luis Chilavert
El Chila, nacido el 27 de julio de 1965 en Luque, Paraguay, inició su carrera en el fútbol argentino en 1985, cuando firmó con San Lorenzo. Allí comenzó a construir su reputación, aunque su paso por el club no fue tan brillante. En 1988, emigró al fútbol español para jugar en el Real Zaragoza, donde continuó perfeccionando su estilo.
En 1992, Chilavert regresó a Argentina para unirse a Vélez, donde realmente dejaría su huella. Fue con la llegada de Bianchi como entrenador que el club inició una de sus épocas más gloriosas, ganando títulos locales e internacionales. José Luis, con su personalidad fuerte y habilidades poco convencionales para un arquero, fue una pieza fundamental en el éxito del equipo del barrio de Liniers. En 1994, el equipo ganó la Copa Libertadores y, meses después, la Copa Intercontinental al vencer al AC Milan en una final que quedaría en la memoria de los hinchas.
“Mi estilo siempre fue tomar riesgos, dentro y fuera de la cancha”, declaró el uno. Ese enfoque atrevido lo llevó a obtener varios títulos individuales, como el premio al Mejor Arquero del Mundo en 1995, 1997 y 1998 por la Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol (IFFHS). Además, ingresó al libro Guinness de los récords al ser el primer arquero en anotar tres goles en un solo partido en el año 2000.
Tras una carrera repleta de éxitos en Vélez, Chilavert también exploró otros caminos. En 2000, fue transferido al Racing de Estrasburgo en Francia, donde continuó demostrando su calidad en la liga europea. Dos años más tarde, se trasladó a Peñarol en Uruguay antes de regresar al Fortín en 2004 para finalizar su carrera deportiva en el equipo que lo vio brillar.