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Viajar al exterior es cada vez más barato y agencias anticipan lo que hará el Gobierno con el dólar turista

Por más que los discursos políticos hablen sobre la eliminación del Impuesto PAIS para el año próximo, en el sector turístico siguen haciendo las proyecciones de la temporada como si, a los efectos del «dólar tarjeta», todo siguiera igual.

Es decir, todas las agencias y operadores siguen pensando en un dólar de $1.612 y no de $1.310 -que sería la cotización si se eliminara de golpe el recargo de 30% vigente desde que en el verano de 2020 se instauró el Impuesto PAIS.

Así lo aseguraron a iProfesional directivos del sector turístico que, en off the record, manifestaron su impresión de que será difícil que el gobierno acepte un abaratamiento abrupto del dólar para el turismo emisivo. La expectativa es que habrá un cambio de denominación o algún nuevo cargo, de forma tal que, aunque en los hechos el impuesto se haya eliminado, el efecto para el turista argentino siga siendo el mismo.

«Lo que se comenta en el rubro turístico es que el dólar tarjeta no va a variar. Es decir, que siga con un recargo de 60% sobre el dólar minorista. De hecho, cuando planeamos la temporada 2025 pensamos en la continuidad de ese tipo de cambio. No sabemos si se seguirá llamando Impuesto PAIS o no, pero no esperamos una reducción», comenta uno de los directivos gremiales de las empresas de viajes.

Los empresarios se basan para esta presunción en los números del balance cambiario, que muestra un sostenido aumento del déficit. De hecho, desde junio hay déficit en la cuenta corriente -la que mide la diferencia entre la cantidad de dólares que entran al país y los que salen-, y los economistas advierten que ese dato empaña los buenos números que se viven en el plano financiero.

La cuenta «servicios», que históricamente ha sido deficitaria, es la que implica el mayor riesgo, y en septiembre marcó su mayor rojo del año. Y, más concretamente, el rubro «Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta» implicó el último mes una salida neta de u$s594 millones. Ese rubro involucra no solamente a los gastos de argentinos que viajan al exterior, sino también a quienes hacen compras on line -de hecho, mini importaciones- o contratan servicios de internet como Netflix o Spotify.

El sueño de Luis Caputo: que los argentinos usen dólares del colchón

¿Es mucho un déficit turístico de u$s594 millones en un mes? En la Argentina de hoy, es bastante como para generar preocupación a los economistas y funcionarios. Para tener una referencia, es una cifra que equivale al 46% de los dólares que el Banco Central compró en octubre, un mes de festejo para el gobierno, por el alineamiento de una serie de variables positivas.

Entre esas variables figura, en primer lugar, la estabilidad cambiaria y el abaratamiento del dólar paralelo en términos reales. Es así que hoy el tipo de cambio blue cotiza un 25% más barato que el «dólar tarjeta» que pagan los turistas. Esto lleva a que se esté produciendo el sueño de Toto Caputo: que los argentinos utilicen los dólares del colchón para hacer sus gastos -en este caso, la compra de pasajes de avión y reservas hoteleras- en vez de pedirles las divisas al Banco Central.

«En este momento, el 80% de los clientes de las agencias vienen con los dólares en la mano. Casi que los únicos que emiten pasajes en pesos son los del sector corporativo», afirma un directivo de agencia.

Es claro por qué ocurre ese fenómeno: resulta más barato sacar los dólares «del colchón» o comprarlos en las «cuevas» a $1.220, antes que pagar un pasaje de avión en pesos usando tarjeta, para lo cual se aplicará el tipo de cambio turista de $1.612 -que surge de aplicar el 30% del Impuesto PAIS más la percepción de otro 30% por el impuesto a las Ganancias-.

Esa situación termina siendo funcional para el BCRA, dado que los viajeros no resultan una competencia tan fuerte sacar dólares del mercado libre de cambios. Aun así, las estadísticas muestran cómo el canal de fuga de divisas por turismo se agrava mes a mes.

Es lo que lleva a los economistas a advertir que, en caso de un súbito abaratamiento del tipo de cambio turista, se podría agravar la situación de la cuenta corriente.

Para ponerlo en perspectiva, el actual déficit cambiario por turismo es un 18% más que lo que salía por turismo hace un año. Y apenas un 16% menos que en 2022, cuando explotaba la demanda de divisas en medio de la euforia para ir a ver a Messi y compañía en el mundial de Quatar.

Con la baja del Impuesto PAIS, los asientos de avión están con cifras récord

Hasta ahora, el gobierno ha negado que la eliminación del Impuesto PAIS tenga una contraparte de la aplicación de un nuevo cargo para el turismo. Pero las agencias no se hacen ilusiones, después de haber visto a muchos gobiernos argumentar que hay otros rubros prioritarios a la hora de repartir los dólares escasos.

«En estas situaciones suelen chocar el discurso técnico con el político. Ahora escuchamos un argumento político que favorece la baja de impuestos, pero lo cierto es que, si quieren preservas los dólares para el año próximo, va a prevalecer el argumento técnico que dice que bajar el dólar tarjeta implica un riesgo cambiario», agrega el directivo de la cámara empresarial.

Hablando en cifras, las proyecciones indican que el año próximo tendrá una performance similar a la actual. Y, para el turismo al exterior, hay un margen de crecimiento, que no solo dependerá de la situación cambiaria, sino también de limitantes logísticas: hoy los aviones están ocupados a casi el 90%. Y líneas como Iberia están volando con tres frecuencias diarias a Europa.

Para el verano, se está previendo que se bata el récord histórico de cantidad de asientos disponible para pasar las vacaciones en Brasil. Para esto, influyó el cambio regulatorio en los vuelos, que hace que haya más salidas desde los aeropuertos de Córdoba, Rosario, Mendoza y Salta.

De manera que la otra gran duda del sector es si hay margen como para la habilitación de nuevas frecuencias a otros destinos. Si eso no ocurre, la actividad podrá tener un crecimiento, pero sin números explosivos, aun cuando el tipo de cambio se muestre favorable.

La disyuntiva del discurso libertario: ¿seguirá vigente el Impuesto PAIS?

Para el gobierno, el tema turístico implica una disyuntiva complicada. Si mantiene su promesa y se abarata el «dólar tarjeta», arriesga a que el oxígeno financiero que hoy disfruta pueda diluirse más rápido de lo esperado. Después de todo, el déficit de cuenta corriente, aunque pocas veces salga en las tapas de los diarios o sea comentado en la TV, es uno de los indicadores a los que más atención presta el Fondo Monetario Internacional.

Si, en cambio, mantiene el cargo del 30% con otro nombre, pagará el costo político de que las políticas de Javier Milei sean comparadas con las del gobierno peronista, que alegaba que, en un momento de escasez de divisas, el derecho de hacer turismo fuera del país no podía ponerse por encima de la necesidad de importar insumos para la industria.

La historia reciente demuestra que, en algunos períodos de particular atraso cambiario, la salida de dólares ha sido tan fuerte que superó con creces el superávit de la balanza comercial.

Nadie sabe mejor este tema que el propio Toto Caputo, que en 2017, siendo ministro de Finanzas, vio cómo se llegó a un récord histórico de u$s10.600 millones de salida de dólares por turismo. En aquel momento se combinaba una absoluta libertad cambiaria, un régimen de libre flotación y un atraso cambiario provocado por el flujo de ingreso de capitales -la cuenta corriente llegó a marcar casi 6% de déficit-.

Pero las sangrías de divisas por turismo también han ocurrido en períodos de cepo. El gobierno peronista de Alberto Fernández y Cristina Kirchner sólo tuvo una tregua durante la pandemia, pero cuando aflojaron las restricciones sanitarias para viajar, hubo que volver a incrementar la carga impositiva para encarecer la compra de pasajes. Aun así, hacia fines de 2022, la salida de dólares por el rubro turismo ya se acercaba a los niveles pre-pandemia, cerca de los u$s7.000 millones netos.

En este momento, si se hace una proyección anualizada tomando como base la cifra que se registró en septiembre, ya se está en una «fuga» de dólares turistas por u$s7.100 millones. Y la tendencia es a la suba.

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