“Cuando en un territorio mandan los narcos, no hay soberanía”. La frase de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, buscó exponer en los últimos días que la lucha contra la venta de drogas va más allá la interceptación de grandes cargamentos o golpes en los búnkeres minoristas. Pero esos operativos aportan, claro, en la tarea de socavar el poder económico y logístico de las múltiples bandas que operan en la Argentina. Y en ese sentido, la funcionaria nacional informó que entre enero y septiembre de este año fueron decomisados 9255 kilos de cocaína, cifra que representa un incremento de 70 por ciento con relación al mismo período de 2023 y que se transforma en el mayor volumen de incautaciones desde 2020.
Los resultados de los operativos antidrogas fueron un elemento central en la defensa del Presupuesto que la ministra realizó el martes pasado ante diputados. “Estamos impulsado un cambio de paradigma en la seguridad, que apunta a una lucha inquebrantable contra el narcotráfico”, dijo entonces para agregar que las partidas previstas tendrán un aumento de 24,9% para la Prefectura, 20,5% para la Policía de Seguridad Aeroportuaria, 19,5% para la Gendarmería, 18,1% para el Servicio Penitenciario Federal y 15,2% para la Policía Federal.
Tras esa presentación en el Congreso, Bullrich notificó las estadísticas de su gestión. Al igual que el decomiso de cocaína, subió también la cantidad de detenidos vinculados con la ley 23.737, norma que establece los delitos vinculados con el tráfico, acopio, comercialización o tenencia de sustancias psicoactivas. En los primeros nueve meses de 2024 fueron arrestadas 18.247 personas en operativos antidrogas en todo el país.
En ese caso los datos oficiales también demuestran el crecimiento en el número de arrestos con relación a los casos registrados en los últimos años, cuya progresión señala 13.082 sospechosos atrapados en 2020; 11.946, en 2021; 16.319, 2022, y 15.675, en 2023.
La ministra de Seguridad presentó esa estadística acompañada por el secretario de Lucha contra el Narcotráfico, Martín Verrier, y el subsecretario de ese área, Ignacio Cicchello. “La Argentina hoy está a la vanguardia en Sudamérica en la lucha contra el narcotráfico”, aseguró Bullrich.
Los 18.926 procedimientos antidrogas realizados este año permitieron, además, el decomiso de 74 toneladas de marihuana y 528.277 unidades de drogas sintéticas.
A esos datos deberá sumarse el operativo realizado ayer por la Gendarmería en la ruta nacional N° 12, a la altura del kilómetro 1401, en la provincia de Misiones, donde fue interceptado un camión que transportaba dos toneladas de marihuana. El volumen de movimiento de esa droga en nuestro país tiene que ver con la magnitud del mercado local, ya que la información de la Sedronar indica que más de 2.000.000 de personas consumen cannabis en forma cada mes.
Más allá de los decomisos, uno de los focos principales del trabajo de Seguridad se colocó este año en la ciudad de Rosario, donde los niveles de violencia criminal se mantenían muy por encima del promedio nacional. Según los datos oficiales, esa situación cambió, especialmente con una drástica reducción de los homicidios relacionados con el narcomenudeo. “En Rosario no ganaron los narcos. Con el plan Bandera hemos logrado la recuperación del monopolio de la fuerza a manos del Estado”, dijo la ministra Bullrich.
Desde enero hasta septiembre se contabilizaron 70 homicidios dolosos en Rosario sobre un total de 132 en toda la provincia de Santa Fe. Eso marca una baja del 66 % con respecto a las estadísticas de 2023. La estrategia en esa ciudad, donde la tasa de homicidios cuadruplicaba el promedio nacional, fue atacar directamente a la logística de violencia criminal, con 679 arrestos entre enero y septiembre pasado, incluyéndose en ese período el preocupante momento vivido en marzo pasado, cuando los clanes narco decidieron matar al azar para emitir un mensaje de poder, una situación que llevó al Gobierno a referirse a esas bandas como elementos de narcoterrorismo.
Con la disminución en Rosario del nivel de muertes vinculadas con el negocio de las drogas ilegales, una preocupación adicional surgió en la frontera norte, ya que al habitual contrabando de sustancias psicoactivas se sumó una riesgosa características que parece copiada de carteles extranjeros: el enfrentamiento armado con las fuerzas federales de seguridad.
No es algo habitual el tiroteo entre uniformados y traficantes. Los contrabandistas locales evitaban siempre esa clase de cruce con las fuerzas federales. Pero empiezan a analizar las autoridades nacionales algunas señales de cambio. Este año ya se registraron 13 enfrentamientos a balazos. En algunos casos, el resultado fue mortal. A mediados del mes pasado se registró en el norte de Salta un feroz enfrentamiento sostuvo la Gendarmería con 20 narcotraficantes que habían cruzado la frontera desde Bolivia. Uno de los agresores fue abatido por los gendarmes, que decomisaron 122 kilos de cocaína transportados en mochilas. Pocos días después, el guardacostas de frontera GC-195 Guaraní de la Prefectura Naval fue atacado a tiros desde Paraguay por contrabandistas cuando se realizaba un patrullaje en el río Paraná, en la zona del Puerto Faubel, en la ciudad de Eldorado, en Misiones.
Allende la frontera merodea el Primer Comando Capital (PCC), que nunca tiene problemas para disparar contra policías.
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