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En CABA, en apenas un año, creció un 14% la cantidad de personas en situación de calle

Confirmando la intuición que tiene cualquier porteño que camina la Ciudad de Buenos Aires, actualmente la cantidad de gente en situación de calle llega a 4.009 personas. 

Esta cifra, obtenida tras un censo realizado a fines de abril por el equipo social del gobierno de CABA, indica un crecimiento del 14% con respecto al relevamiento de hace un año, que marcó 3.511 personas dormían en las calles de la Ciudad o en alguno de sus paradores nocturnos.

Ese deterioro cuantitativo en la cantidad de gente en esta situación no es el único: también hay una alteración cualitativa. Esto, en palabras del jefe de Gobierno, Jorge Macri, se explica de esta manera: “Hoy el problema de la gente en calle es mucho más complejo que antes. Viene creciendo fuerte desde 2020, como producto de la crisis económica, pero también por la pandemia y el encierro. Estos factores confluyen para que se genere, en estos grupos, una profundización de problemas de salud mental y de adicciones”, dijo durante una conferencia de prensa a la que asistió PERFIL.

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En esa charla, también surgió el “ranking” de barrios que concentran en mayor medida este problema social: según surge del censo, los puntos críticos con cantidad de personas en situación de calle son, en primer lugar, la Comuna 1, de Retiro, Puerto Madero, San Telmo y Constitución. Le sigue Recoleta, luego San Cristóbal y Balvanera; en cuarto lugar, La Boca, Parque Patricios y Pompeya y –finalmente– el barrio de Caballito. 

Este reciente fenómeno social de crecimiento en número y en términos de agresiones es algo que, según el jefe comunal, es global y también se registra en otras ciudades del mundo. “Eso nos llevó a instrumentar ahora algunos cambios profundos en la política de abordaje de la problemática de personas en situación de calle”, adelantó Jorge Macri.

Parte de estos cambios no son solo por un tema de números crecientes. Desde el gobierno porteño detallan que “recientemente, algunas de las personas que viven en la calle están exhibiendo una actitud de mayor violencia para con los vecinos y también para con los voluntarios de programas sociales de las ONG especializadas y con los operadores de los equipos gubernamentales, como el Programa Buenos Aires Presente, que ahora pasa a llamarse Red de Atención”. Para atender a la mayor cantidad posible de este grupo de personas, y seguir especialmente los casos en los que haya menores involucrados, los equipos sociales de la Red de Atención los invitan a ir alguno de los hoy disponibles 47 centros de atención social (CIS) que funcionan en los diferentes barrios y que brindan alojamiento nocturno, comida caliente, baños y duchas. También están reconvirtiendo y reformando estos CIS para que ofrezcan servicios más específicos y ajustados a las necesidades de esta población. 

Así hoy comienzan a ofrecer paradores especiales dedicados a hombres solos (que son el mayor grupo de personas en situación de calle); para mujeres, para adultos mayores, y ahora se están incrementando los apuntados a familias. De hecho, esperan tener –en las próximas semanas– 180 plazas disponibles solo pensado para grupos familiares. Estos últimos, aparte de ofrecer, como los otros, alternativas de resocialización para toda la familia, también disponen de opciones y lugares de estudio y apoyo escolar.

Por otra parte, los nuevos centros son más chicos y tienden a ofrecer menos plazas nocturnas lo que redunda en un mayor orden interno y menos situaciones de rechazo barriales, algo bastante común hoy en la actualidad.

La Red de Atención (ex BAP) está compuesta por equipos de psicólogos y operadores sociales que recorren la ciudad durante todo el día, relevando, pero también ofreciendo alimentos o invitando a un traslado a algunos de los CIS, que funcionan las 24 horas. En esos espacios pueden tener contención, seguimiento profesional, baños, ducha, elementos de higiene personal, comida caliente, y una cama para pasar la noche.

Como parte de ofrecer más atención a estas personas con necesidades básicas, la Ciudad también está armando mesas de trabajo conjunto con representantes de ONG sociales y con grupos de iglesias y cultos que cada noche ofrecen alimento, espacios y atención a estos colectivos.

Finalmente, la idea de la actual red es poder “salir” a realizar acciones de búsqueda de estas personas, en forma más continua y proactiva, sin tener que esperar los llamados de ayuda diarios que puede hacer la gente conectándose con los números disponibles. Esta cifra es considerable: ya alcanza a 800 llamados diarios al 108. O, por medio del Boti, el bot de WhatsApp de la Ciudad que puede dar respuestas a esta inquietud.

Radiografía

◆ Hoy hay 4.009 personas en situación de calle en CABA.

◆ El 60% de estas personas padece  problemas de adicciones o algún trastorno de salud mental.

◆ La Ciudad dispone de 47 centros de inclusión social (paradores). 

◆ El 63% de las personas en situación de calle acude o utiliza regularmente estos espacios.

◆ El total de plazas disponibles en los CIS porteños ronda las 3.300 camas.

◆ Más de la mitad de las personas que se encuentran en situación de calle en la Ciudad no tiene residencia porteña. 

 

ONG de derechos humanos criticaron las nuevas políticas

E.G.

Estas novedades políticas, sin embargo, no están exenta de críticas y observaciones que surgen de diversos actores sociales y ONGs. 

El abogado Jonatan Baldiviezo, cofundador del Observatorio del Derecho a la Ciudad, le dijo a PERFIL: “Las autoridades de CABA consideran, hace ya muchos años, que la persona en situación de calle tiene una relación asociada a algo delictual o con disturbios del orden público. Y si hacen un operativo lo entienden bajo el criterio que asocia a la persona en la calle con caos y con un usufructo del espacio público”. 

Para este especialista en derechos humanos, “lo correcto es verlos como sujetos de derechos cuyo derecho a la vivienda ha sido vulnerado”. Bajo esta mirada, la forma de solucionar la problemática es asegurar el derecho a la vivienda de estas familias, lo que se desprende de la propia Constitución,

Baldiviezo expresó: “Usualmente las autoridades los ven como objetos, entonces lo que hacen es mandarlos a depósitos, que un poco lo que son los paradores hoy disponibles”. Estos lugares, opina, tienen muchos defectos: no son adecuados para que puedan desarrollar su vida, tener intimidad, estar con su grupo familiar. Funcionan con gente hacinada y no pueden llevar sus pertenencias. Tienen un horario muy estricto y un régimen disciplinario.

El experto también critica que la Ciudad no construya, alquile y administre viviendas “sociales” para estos grupos. Algo que, asegura, sí se encuentra en las principales ciudades del mundo. Una opinión similar expresan desde el CELS.

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