Una de las formas en las cuales podemos meternos en problemas es cuando nos apuramos y respondemos a un mensaje que no nos gustó, o que nos cayó muy mal.
¿Te ha pasado recibir un correo electrónico o mensaje en el cual el las palabras que ha decidido usar la persona te ha caído muy mal?
La forma en la que lees el mensaje normalmente está relacionada a aquello que sientes y piensas acerca de la persona, y si a eso le sumas la relación previa y las palabras que la persona ha utilizado, puede que desate en ti la necesidad de responder rápidamente.
Hay algunas formas de evitar una catástrofe posterior si sigues estos pasos:
-
Detente, no respondas.
-
Respira profundamente, cuenta hasta 60 o mejor aún, tómate 5 minutos mientras respiras. Luego de contar hasta sesenta en forma pausada, la presión sanguínea comienza a disminuir, podrás sentir más claramente la emoción que te inundó.
-
Conecta con la emoción que desató ese mensaje, puede ser tristeza, enojo, cólera, por esa razón, no respondas, sino más bien identifica qué fue lo que te hizo reaccionar. Y no hagas nada hasta que esa emoción se calme. Vamos a suponer el caso en el cual recibiste un correo que desató en ti la emoción de enojo, luego de respirar pausadamente, verás que no sientes la misma emoción con la cual respirarías, es importante pausar el diálogo negativo que tienes en el momento en el cual quieres escribir, por eso es importante parar y esperar a venga a ti la calma.
-
Lee el mensaje nuevamente, trata de correr la emoción y ponerte en lugar de la persona que envió el mensaje. Qué quiere, qué pide, qué escribió.
-
Escribe una respuesta, en borrador, no la envíes aún. La forma de escribir la respuesta puede ser concisa, corta y al punto, haciendo saber que has recibido el correo, y con alguna pregunta incluso.
-
Envía el correo o mensaje una vez que te hayas tomado el tiempo de leerlo en voz alta, de sentirlo y de ponerte en lugar de quien lo va a recibir.
-
Aprovecha la emoción negativa para aprender más acerca de ti, me encanta la frase que dice que aquello que te incomoda es para algo, si te molestó o importa es porque algo hay ahí para aprender.
En mi caso, me molestaba cuando las personas no saludan en un mensaje o correo, y escribían directamente sin un buenos días, o tal vez un hola, y al recibir un mensaje así, mi primer respuesta (mental) era: ¿acaso dormimos juntos?
¿No suena muy constructivo, cierto?
Algo que se me ocurrió hacer a partir de ese momento, fue reforzar la respuesta aquello que me hubiera gustado recibir, por ejemplo:
Hola, ¿Cómo has estado?
¿Qué tal tu día, en qué puedo ayudarte? O directamente dar la respuesta..
Es posible que no funcione, pero en mi caso, hacer esto, ha funcionado en un 80% de las veces.
por Paula Cabalén
Galería de imágenes