Este viernes las noticias sobre perros en redes y canales de TV no fueron los del presidente Javier Milei, tampoco las broncas del vocero Manuel Adorni cuando le preguntan si son 4, 5 o 43, sino que se viralizaron imágenes de una golpiza que el dueño le daba a su mascota en Flores. El tema trascendió porque lo registraron las cámaras de seguridad de viviendas de la zona, donde se ve al hombre que viene caminando con ‘Bob, luego se supo que así se llama el perro, hasta que lo golpea en escenas de una violencia absolutamente irracional:
No está claro cual fue la actitud del perro que derivó en la golpiza, en las imágenes en blanco y negro se nota que el animal regresa unos metros sobre sus pasos, aparentemente ladra, y la reacción del sujeto es violenta: primero el sujeto se agacha y le da al perro algún golpe en el piso, ‘Bob’ no reacciona y solo atina a acostarse, pero luego lo levanta a más de un metro y medio de altura y lo estrella con toda la fuerza que puede contra el piso, en una agresión que bien pudo haberlo fracturado, incluso matado si el pobre animal daba de cabeza contra las baldosas…
Ese video impactó en redes, los canales de TV lo replicaron, y así usuarios empezaron a pedir que se ubicara el lugar y obviamente al hombre que había tenido tan salvaje actitud con su mascota, lo que derivó en que horas después el perro fuera rescatado por la policía, que pudo entrar fácilmente a la casa porque el hombre había corrido a la seccional para dejar la llave temiendo pasar de agresor a agredido. Ahora quedó a cargo temporariamente de quienes se encargarán de buscarle una nueva adopción, donde ‘Bob’ tenga mejor suerte, con respeto y cariño.
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“Yo me asusté porque escuché un ruido muy fuerte afuera de mi casa y pensé que me estaban queriendo robar algo», contó la mujer de la casa con las cámaras quye registraron la agresión al perro. «Me asomé por la ventana vi pasar al hombre y después cuando miré por las cámaras me encontré con esto”, agregó.
“La verdad no vi nunca algo así, pero otros vecinos comentaban que ya lo habían visto pasear por el barrio con el perro, siempre tironeándolo y pegándole patadas”, concluyó.
Extremadamente manso, Bob miraba la cantidad de cámaras y gente que lo rodeaba, azorado entre tantas caricias y sin entender cómo su suerte había cambiado de esa manera. Se lo debe a las redes sociales, tantas veces impiadosas, pero tantas veces tan útiles…
HB