La denuncia realizada por una periodista tucumana de 24 años contra cuatro jugadores de Vélez por un presunto abuso sexual volvió a sacudir al mundo del fútbol que parece no entender ni respetar las voluntades ajenas.
El hecho sucedió horas después de finalizado el encuentro entre el equipo de Liniers y Atlético Tucumán, el pasado 3 de marzo, en el hotel Hilton de la ciudad de San Miguel de Tucumán, donde se hospedaba el plantel velezano, entre ellos, Sebastián Sosa, Braian Cufré, Abiel Osorio y José Ignacio Florentín.
El primer contacto entre los jugadores y la periodista se dio en la zona mixta del estadio José Fierro, donde Sebastián Sosa, arquero uruguayo de 37 años, casado y padre de dos hijos, se quedó mirando a la chica, a quien finalmente contactó por Instagram luego de averiguar su nombre y apellido. Una vez comunicados, la invitó a tomar algo a su habitación número 407, donde la esperó junto a sus otros tres colegas. Según detalló la periodista en su denuncia, “primero comenzaron a tomar cerveza y luego le dieron fernet en un termo. Comenzó a sentirse mal, se acostó y en un momento de lucidez, recordó que se quitó de encima a uno de ellos y les decía que por qué le hacían eso”.
Acompañada por su abogada Patricia Neme, la víctima aportó pruebas contundentes en la Unidad Fiscal de Abuso Contra la Integridad Sexual N° 1, de la fiscal María Eugenia Posse, a la espera de que la Justicia esclarezca el hecho. Por lo pronto, este lunes 18 de marzo, se le realizará la Cámara Gesell y, si su relato es consistente, los implicados continuarían el proceso tras las rejas, bajo la figura de prisión preventiva.
Caso espejo
Vale recordar que para Vélez Sarsfield, este es el segundo caso de presunto abuso sexual en menos de cuatro años. En diciembre del 2020 los implicados fueron Juan Martín Lucero, Ricardo Centurión, Thiago Almada (sí, el campeón del mundo en Qatar 2022) y Miguel Brizuela, quienes habrían cometido el abuso en una fiesta privada. A diferencia del caso de Tucumán, aquella vez el club negó la situación a pesar de desafectar también a todos los implicados. La investigación continuó su curso y solo fue condenado un director técnico que participó de esa noche, Juan José Delbene Acuña, quien quedó encarcelado.
Consultado por NOTICIAS, el psiquiatra y psicólogo clínico Enrique Stola analiza esta conducta de las jóvenes promesas del fútbol argentino: “El principal problema es que los clubes de nuestro fútbol reconocen tener un protocolo sobre violencia de género pero solo lo aplican una vez que el delito fue cometido. No tienen anticipación, formación ni educación. Estos chicos tendrían que tener una educación sexual integral que los forme en paralelo. Mientras esto no suceda, las violaciones en grupo seguirán sucediendo”.
En los últimos años, varios fueron los casos de jugadores que fueron denunciados por abuso sexual y que están a la espera de una sentencia. Uno de los más relevantes fue Sebastián Villa, ex jugador de Boca Juniors, denunciado por su ex pareja por haberla violado la noche del 26 de junio de 2021 en su vivienda en Canning. Otro jugador que quedó imputado por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos o más personas es otro mundialista argentino, Gonzalo Montiel, denunciado por un hecho ocurrido en su propia casa, el día de su cumpleaños, el 1° de enero de 2019. La causa sigue siendo investigada.
Causa y efecto
“La conducta de estos chicos está dominada por la impunidad con la que se manejan en la vida. A esto hay que sumarle que esta generación de chicos está siendo educada por la pornografía. Cuando se da una violación grupal hay una determinación previa de ultrajar a una mujer y el goce para ellos es observar sus cuerpos violando a esa mujer. Los erotizan sus propios cuerpos, ver al compañero violar. Y esto es falta de educación sexual”, concluye Stola.
Una pregunta banal en estos casos, pero no del todo desacertada, es por qué este perfil de chicos, que parecieran tener todo en la vida, caen en este tipo de delitos. Para responderla, la psicóloga Alicia Castro desarrolla: “No hay un prototipo de abusador. No tiene nada que ver con la condición social, económica ni cultural, sí hay rasgos en la personalidad que los lleva a cometer el delito, como un nulo nivel de empatía, narcisismo, bajo control de los impulsos y privilegiar la satisfacción sobre lo prohibido a la hora de obtener placer. Lo que los motiva es tener poder sobre el otro. Los motoriza eso, sin importar si son exitosos en lo profesional, sentimental o en lo económico”.
El caso paradigmático de aquellos que creían tener el mundo en sus manos y terminaron sin nada es el de Alexis Zárate, joven promesa de Independiente, quien en el 2014 violó a la novia de su amigo y terminó condenado a seis años y medio de cárcel con prisión efectiva. Encarcelado desde el 2020, se estima que recuperará su libertad en el 2026, momento en que su víctima recuperará el miedo por tener a su violador suelto.
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