Carolina Andrada, vecina de Trelew, relató el violento ataque que padeció en la noche del lunes cuando un grupo de alrededor de diez adolescentes la interceptó en la calle y la golpeó brutalmente.
Los jóvenes, de entre 14 y 16 años, la confundieron con la persona que minutos antes había robado una moto similar a la suya. “Ellos salieron a matar”, dijo la mujer, que salvó su vida gracias al casco que llevaba puesto y a la intervención de un desconocido que logró frenar la golpiza.
“Salí de trabajar de la panadería a las diez de la noche y cuando iba por 28 de Julio me salieron al cruce unos chicos con palos. Me pegaron en la nuca y, del miedo, aceleré y choqué contra un árbol. Me caí, la moto quedó destruida y cuando me levanté vinieron todos a seguir pegándome. Perdí las zapatillas y todo, corría como podía”, relató Andrada, en diálogo con la periodista Silvana Cabrera.
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El ataque ocurrió en el cruce de Edison y 28 de julio. “Me pegaron con palos en la cabeza, si no hubiera tenido el casco no estaría contando esto. En un momento pensé que me mataban”, detalló la víctima.
La mujer explicó que fue auxiliada por otro trabajador que pasaba por el lugar en moto: “Ese chico les gritó para que pararan y ahí se frenó todo. Necesito saber quién es porque me salvó la vida”. Los agresores se refugiaron luego en una academia de danza folclórica cercana, de la cual eran alumnos.
Las consecuencias del ataque fueron graves. “Tengo esguince en los tobillos, golpes en las rodillas, en los hombros, en los brazos, todo el cuerpo moretoneado. Los médicos me dijeron que no puedo caminar ni apoyar los pies. Ahora dependo de mi mamá para cuidar a mis tres hijas porque estoy paralizada”, contó con visible angustia.
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Según detalló, los jóvenes actuaron por una confusión: “Me acusaban de haber robado una moto igual a la mía que se había llevado otro chico minutos antes. Cuando me vieron pensaron que era yo y salieron a pegarme. Incluso cuando me escucharon gritar y se dieron cuenta de que era una mujer, siguieron golpeándome”.
La moto de Andrada, que era nueva, quedó destruida tras el impacto contra el árbol. El dueño de la academia de baile de la que salieron los agresores se disculpó y prometió hacerse cargo de la reparación, aunque la víctima desconfía de que pueda recuperar su rodado. “Arranqué un pedazo de árbol con el golpe. No sé si la moto tendrá arreglo”, lamentó.
Tras el episodio, fue trasladada al hospital y luego intentó radicar la denuncia en la comisaría, pero se encontró con otro obstáculo: “Me dijeron que no me la podían tomar porque estaban ocupados con los menores que habían robado la moto. Hoy llamé dos veces y no pueden venir a mi casa, así que voy a tener que ir yo, aunque no puedo caminar”.
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Con impotencia, Andrada reclamó que los padres de los agresores se hagan responsables: “No es normal que chicos de 14 años salgan con ese odio. A mí me podrían haber matado. Fue una situación horrible que no se la deseo a nadie”.