Respiró y disfrutó Marcelo Gallardo anoche tras evitar la noche oscura de la derrota cuando todo venía mal barajado y las energías negativas se habían apoderado del partido contra Libertad. La moneda le cayó de su lado al Muñeco y su River tiene vida y tiempo para preparar el partido casi final ante Palmeiras del mes que viene.
Una serie de 4 partidos previos (Lanús, Unión, San Martín de San Juan y Estudiantes) para acomodar las fichas y encontrar un funcionamiento que por ahora no tiene continuidad, un poco de descanso y parate por la fecha de Eliminatorias la primera semana de septiembre y, sobre todo, recuperar soldados, será el plan de Gallardo de cara al partido contra Palmeiras.
El entrenador de River sabe que para tener chances contra Palmeiras debe sacar una diferencia de local en la ida para no ir ahogado a la revancha en San Pablo y para eso debe encontrar un buen funcionamiento defensivo, algo que no viene teniendo, en especial desde las lesiones de sus zagueros centrales, un recambio para Enzo Pérez y tener listos y finos a los tres de arriba con el alta a Maxi Salas.
Así que empezando por la defensa, el plan de Gallardo es primero darle rodaje y descanso al mismo tiempo a la dupla titular de Martínez Quarta y Paulo Díaz. Los dos no tuvieron continuidad por lesiones y se tienen que cuidar porque no tienen mucho recambio. La modificación en la lista de buena fe con el ingreso de Lautaro Rivero como alternativa va a ser una solución.
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En la zona de volantes las buenas noticias las aportan las actuaciones y la vigencia de dos históricos como Enzo Pérez y Nacho Fernández. Pero el DT necesita que tenga recambio y alternativas, por eso le urge a Gallardo que levante el nivel Kevin Castaño, que tenga regularidad Galarza Fonda y que pueda ponerse a tiro Juan Portillo para jugar y meter en la zona media, en especial para la revancha en San Pablo.
Finalmente en los planes del DT está poder jugar con el tridente ofensivo con el que sueña desde que se cerró la llegada de Salas y que, por la lesión del ex delantero de Racing y por la que tuvo Dirussi, no pudo poner a los tres en cancha. Salas estará listo en estos días para volver y a Driussi lo tienen que cuidar porque se golpeó el tobillo que se había lesionado. Pero Gallardo cree que la semana que viene en alguno de los tres partidos va a jugar Colidio-Salas-Driussi.
Así las cosas para este River de Gallardo que no despega desde el juego y que tenga quizá el cruce más bravo de todos los cuartos de final de la Libertadores, porque se va a cruzar con uno de los mejores equipos del momento en Sudamérica y sabe que para ganarle tendrá que estar al cien de sus posibilidades físicas y, sobre todo, de funcionamiento colectivo. Tiempo y material no le falta a Gallardo para conseguirlo.