El vicepresidente de Moody’s, Jaime Reusche, dialogó con Ámbito, desde sus oficinas en Nueva York durante casi una hora, sobre la marcha de la economía argentina. Elogió el rumbo del Gobierno, pero advirtió dificultades para acumular reservas y generar confianza.
Resaltó en al menos tres oportunidades la importancia que le asigna el mercado a las elecciones de medio término y consideró «transitorio» al esquema de bandas cambiarias. También habló de la suba de tasas, el salto del dólar, la calificación de Argentina y la posibilidad de un regreso a los mercados.
Periodista: Hace un mes Moody’s mejoró la calificación de la Argentina en el mercado internacional y también en el local: ¿Qué significa eso para el país?
Jaime Reusche: Elevamos la calificación en dos peldaños y Argentina quedó ligeramente abajo de lo que típicamente se considera una calificación que es consistente con soberanos que acceden al mercado. La suba reflejó las mejoras que estamos viendo, el programa con el FMI, el cumplimiento de los objetivos del programa salvo por la acumulación de las reservas y la reducción de los controles de capital y de tipo de cambio. Sin embargo, hemos mantenido la perspectiva estable porque todavía tenemos algunas dudas con respecto a la capacidad que tiene para acumular reservas. Si bien hay buenas perspectivas, todavía nos preocupa que exista o que se dé algún shock en el ajuste que se está dando. Y eso típicamente pasa por la parte política.
J.R: Por el momento las cosas van bien, pero hemos decidido frenar acá para evaluar cómo siguen las finanzas externas de aquí hasta el fin de año y si es que se da o no un shock político. Eso es básicamente lo que está indicando la perspectiva estable. Si hubiésemos dejado la calificación con perspectiva positiva, diríamos que hay todavía margen para seguir subiendo de aquí a fin de año. Pero la perspectiva estable lo que nos dice es vamos a recapacitar, vamos a frenar un poco. Este es un buen stopping point. Vamos a estudiar qué es lo que pasa por la parte de las elecciones, la confianza del sector privado y de los mercados internacionales y qué es lo que pasa con las finanzas externas.
P: ¿Por qué cree que no se acelera el proceso de inversiones?
J.R: Los inversores están esperando, están on hold. Quieren ver si las señales políticas son consistentes con este proceso de ajuste. Es difícil poder acumular reservas de manera endógena en este momento sin atraer flujos de capitales por el hecho de que la economía está en un proceso de recuperación. Si había un momento en el cual se podía acumular reservas de manera endógena, era el año pasado cuando la economía se estaba contrayendo. Esa ventana se cerró y es clave generar confianza tanto de los mercados internacionales como de los locales porque algo que diferencia a Argentina es el nivel de riqueza de los argentinos, de los ahorros que están todavía fuera del país y que pueden fluir hacia adentro, se calcula que hay aproximadamente 200.000 millones de dólares de los argentinos fuera del sistema.
P: ¿El esquema de bandas lo ven como algo permanente o transitorio?
J.R: Según lo que hemos entendido de parte del Gobierno y también de parte de lo que pide el Fondo Monetario, entendemos que es un mecanismo transitorio y que eventualmente se debería migrar hacia una flotación sin las bandas. Las bandas dan algo de flexibilidad, pero al mismo tiempo también restringen un poco el margen de maniobra porque lo que hemos visto en los últimos días es que ha ido aumentando el tipo de cambio, que lo vemos como algo saludable, de tal manera que está buscando un nuevo equilibrio. Pero si es que llega a toparse con la banda superior, eso sí complica bastante el manejo de las reservas y el manejo de todos los grupos macroeconómicos porque siempre existe esa limitante psicológica del ciudadano que le tiene miedo a devaluaciones continuas. Esa banda trata de instalar algo de confianza, pero al mismo tiempo es un arma de doble filo, por eso creemos que las autoridades también quisieran que se empiece a mover un poco más la banda sin generar sobresaltos en el mercado local, de tal manera que el tipo de cambio pueda buscar un equilibrio verdadero que haga que las finanzas externas encajen.
P:¿Puede considerarse al tipo de cambio actual de equilibrio?
J.R: Es un proceso. Hay que ver qué sucede una vez que se terminen de desmantelar los controles de capital y que empiece a fluir más el capital extranjero hacia el país, ahí es donde muy probablemente empezaremos a buscar un nivel de equilibrio total donde haya menos distorsiones. Es difícil hablar de un tipo de cambio de equilibrio cuando todavía tenés restricciones en la parte cambiaria, en la parte de control en capital y cuando todavía hay un sistema financiero donde la liquidez se atora y a veces no fluye.
P:¿Cuán sostenible es para la economía real este nivel de tasas de interés?
J.R: Los mecanismos financieros todavía están adaptándose a este proceso de ajuste. Tenemos mucha volatilidad en las condiciones de liquidez. Pasamos de un momento a finales del año pasado donde había significativa liquidez, eso generó que el crédito empiece a crecer a tasas del 40% en términos reales y a mediados de este año y ahora más recientemente notamos una carencia que necesariamente genera un incremento en la tasa real y son movidas intertemporales que muy probablemente vamos a seguir viendo durante este proceso. Si llegan más capitales habrá más liquidez en el mercado local dependiendo de la posición fiscal que también afecta mucho la disponibilidad de liquidez en el mercado local, si es que el gobierno puede mantener el superávit financiero porque conforme vaya retirando deuda o haciendo menos rollover eso le apoya un poco la posición de liquidez a los bancos locales. Vamos a seguir viendo volatilidad en este proceso y es básicamente lo normal conforme se van construyendo los cimientos de un sistema monetario más sólido.
P: ¿Puede darse en el corto plazo un regreso de Argentina más consistente a los mercados internacionales?
J.R: Nuestro escenario base contemplaba que Argentina regrese a los mercados para poder captar más divisas este año y ese era uno de los mecanismos mediante los cuales se iban a acumular reservas. Es un mecanismo temporal que típicamente es subóptimo, pero cuando vino el programa con el Fondo Monetario, la verdad que nos sorprendió el monto. Nosotros esperábamos que fuera un monto bastante menor y lo que ha dado este programa es una gran cantidad de reservas para que el Banco Central pueda mantener este proceso de ajuste. Eso cambió el escenario base. Ya no contemplamos que Argentina salga a los mercados este año porque en realidad no lo necesita. La pregunta es si se mantendrá el nivel de reservas. Porque si empezamos a ver que caen, y un indicador va a ser lo que pase a lo largo de este año, entonces sí se necesitaría salir a los mercados internacionales.
P: ¿Qué sucesos observa con atención el mercado con respecto a Argentina?
J.R: La gran mayoría de los actores económicos están esperando las elecciones de octubre. Más que nada para tener una idea de cómo se va a configurar el Congreso y si el Gobierno va a poder mantener esta agenda de reformas y de ajuste macroeconómico. Sabemos que el Gobierno va a ganar algo de terreno en el Congreso, eso ya es el escenario base de muchos, pero lo que no está claro es qué tanto terreno va a ganar, qué constituye una buena sorpresa o un buen resultado o un mal resultado.
P: ¿Y qué impacto cree que puede tener la elección?
J.R: Es extraño que se esté prestando tanta atención a una elección de medio término. El ajuste va por buen camino, todavía falta, va a ser un proceso. Es un ajuste que tiene mejores cimientos que otros que hemos visto en Argentina, pero más allá de todos los riesgos, si hay un riesgo que puede descarrilar el ajuste es un shock político. Fuera de eso, hay una voluntad muy marcada del Gobierno de mantener el ajuste a toda costa.
P: Hace unos once meses Moody’s tenía dentro de su escenario la posibilidad de una reestructuración: ¿Hoy sigue siendo una posibilidad?
J.R: Nos equivocamos, el Gobierno insiste de que no quiere hacer una reestructuración pero sigue con la limitación de la acumulación endógena de reservas, entonces existe siempre todavía la posibilidad de un repartilamiento un poco más amistoso donde el Gobierno tal vez busque alargar las amortizaciones los repagos del principal de deuda a cambio de la credibilidad que ha ganado. Yo creo que no lo hicieron al comienzo porque querían diferenciarse mucho de los otros gobiernos que típicamente cada vez que hay un proceso de ajuste dicen bueno, no, ahora se va a dar este proceso de ajuste échennos la mano, ayúdenos y de ahí empezamos el ajuste. Acá parece que ha sido al revés, la intención del gobierno parece ser primero hacer el ajuste para ganar credibilidad, para que vea el mercado que efectivamente esto va en serio y luego veamos si es que voluntariamente hay la posibilidad de reperfilar la deuda. Todavía no sabemos cuál es la postura del gobierno pero sí es algo que limita un poco el margen de maniobra de todos estos pagos de principal y de deuda externa, por eso estamos siendo muy cautos con la calificación.
P: ¿Qué expectativas tienen con respecto a las tasas en EEUU?
J.R: Nuestro escenario base sigue siendo de que va a ser un proceso muy gradual, quizás haya un recorte o dos hacia finales de año. Pero vemos un proceso muy gradual porque la inflación en EEUU persiste, sigue estando por fuera de esa meta inflacionaria.