Estudiantes de La Plata no levanta cabeza y todo es incertidumbre en City Bell. El equipo que hizo tanto ruido este año por las misteriosas inversiones al estilo SAD del empresario estadounidense Foster Gillett perdió en su debut por el Torneo Clausura y transita un inicio terrorífico de semestre, completado por la derrota con Vélez en la Supercopa Internacional y la eliminación ante Aldosivi en Copa Argentina. En consecuencia, todas las miradas volvieron a posarse sobre Eduardo Domínguez, quien se mostró muy molesto en conferencia de prensa en cuanto a los rumores sobre su futuro.
«A ver, desde hace como tres meses que me vienen preguntando lo mismo… Estar tanto tiempo en un lugar como que jode. No me quiero comparar pero ni cerca, porque sé que estoy ni lejos, pero es como que le pregunten a Guardiola si va a seguir o no va a seguir porque no ganó un título en un año«, se animó a retrucar el DT a sus críticos, aunque regalándoles el título dada la mención a su colega catalán.
Domínguez llegó a La Plata en marzo de 2023 y logró sacar al club de una sequía de 13 años con las conquistas de la Copa Argentina a fines de 2023 (1-0 a Defensa y Justicia), la Copa de la Liga en el primer semestre de 2024 (final por penales a Vélez) y el Trofeo de Campeones en diciembre de 2024 (3-0 también al Fortín). Pero esas alegrías quedaron lejos, sobre todo en el recuerdo, desplazados por el muy mal funcionamiento del equipo este año.
«¿Sabemos que nos está costando? Sí, es algo evidente que nos cuesta pero sé que vamos a salir y sé que lo vamos a revertir. Recién estaba hablando con el grupo de jugadores: inicia el torneo, no es que termina. No nos tenemos que confiar, tenemos tiempo y espacio para, más allá de la recuperación, revertir un poco la imagen que estamos dejando», reveló el DT sobre el estado de ánimo del vestuario.
Y profundizó, con una pizca de sacada de pecho por lo conseguido el año pasado: «Los invité a los jugadores a que armemos grupo, estemos fuertes, a que nadie corra para cualquier lado sino todos para el mismo. Sí, claro que lo vamos a dar vuelta y revertir toda la situación. Esto no es para todos, como ganar tampoco es para todos, y ganar después de ganar tampoco. Es nuestra lucha, queremos ganar después de ganar».
Aunque parezca mentira, el partido bisagra en el año pincha fue el triunfo 2-0 sobre River en el Monumental el 1º de marzo. A partir de allí, no ganó nunca más por el ámbito local: con el de Unión, llegó a 12 juegos sin triunfos (8 derrotas) en los que anotó apenas 4 goles y recibió 18. Entre tanto, clasificó de milagro a octavos de final del Apertura y perdió rápidamente en octavos, y las mencionadas decepciones en Supercopa y Copa Argentina.
Lo que viene sosteniendo el ciclo de Domínguez, además de su palmarés, es el sueño de la Libertadores, claro está. En la gran Copa, Estudiantes también fue irregular y hasta cayó como local ante la Universidad de Chile en la segunda fecha, lo que parecía complicarle todo el panorama. Pero mostró carácter, ganó los partidos que tenía que ganar, y terminó primero por diferencia de gol, delante del vigente campeón Botafogo.
«Lo que nos duele, más que la imagen, es la no representación al hincha, que espera otra cosa, porque el equipo individualmente está para aspirar a que juegue mejor», finalizó Domínguez, quien necesita levantar al equipo antes del cruce de octavos ante Cerro Porteño, el miércoles 13 de agosto en Paraguay y el 20 en La Plata.
¿Y los súper refuerzos de Foster Gillett?
Ojo, Domínguez no es el único apuntado. Por el momento, los rimbombantes refuerzos que llegaron de la mano del acuerdo entre Foster Gillett y el presidente Juan Sebastián Verón estuvieron lejos de lo esperado. Cristian Medina, acaso el más ruidoso de ellos, lleva 20 partidos sin goles y, de momento, los 15 millones de dólares que pagó el empresario a Boca antes de prestarlo al Pincha suenan a negoción xeneize. Lucas Alario, otro muy aplaudido en su venida, tiene apenas un grito en 16 juegos, mientras que Ramiro Funes Mori sumó hasta ahora sólo 6 partidos.
En este mercado de invierno, sufrió además una «manganeta» de River, que le repescó al defensor Sebastián Boselli justo antes de la final con Vélez. Las caras nuevas son hasta ahora el uruguayo Fernando Muslera, quien con 39 años llegó a intentar poner orden al desprotegido arco pincha, y el central González Pirez. Para colmo pincha, el defensor se presentó este lunes con blooper: falló un pase en la salida, marcó mal a Martínez y así llegó el gol de Unión.