Miguel Ángel Russo no es un entrenador de impulsos, ni un adicto a las corazonadas, ni un modificador serial. Ni en Boca ni nunca. Ningún dron, ningún análisis de video editado, herramientas que utiliza como el resto de sus colegas de oficio, le cambia tan fácil su idea madre que nace y se asienta en sus propio sistema analógico de su mirada aguda de viejo entrenador, que capta lo que ve en la cancha pero también lo que le transmiten los olores a pasto, de toda una vida dedicada a semblantear jugadores y capturar otras señales como el lenguaje corporal, gestual, las viejas señales de siempre.
Hace apenas cinco semanas, Miguelo se hizo cargo de un plantel perdido en su propio laberinto y desde entonces fue construyendo una estructura nueva sin demoler demasiado ni hacer mucho ruido. Sin embargo, eso no significa que no haya cavado profundo…
En el proceso, Miguel se casó con una idea madre. Un modelo old fashion en la que no aplica cambiar mucho. Porque ese primer equipo que plantó contra Benfica, en el debut en el Mundial de Clubes es casi un calco del que, dentro de una semana, debutará en el Torneo Clausura ante Argentinos en Paternal.
En tal caso, cambiará un ladrillo por otro, pero a Russo no le gusta meter la cuchara de albañil sin estar seguro de que la estructura no se le vendrá abajo como un castillo de naipes. Así las cosas, si bien en esta última semana estuvo haciendo muchas pruebas, la idea original del entrenador sigue en pie.
Russo y sus conclusiones. La base de su equipo para el debut será la que empató 2-2 con Benfica en EE.UU. (Prensa Boca).
EL ARMADO DE LA DEFENSA
De no haber sido por la lesión muscular que sufrió Ayrton Costa frente a Bayern Munich (en realidad jugó lesionado, un error del entrenador ahí), la defensa hubiera sido la misma que arrancó jugando en Miami. Sin Costa y con Marcos Rojo en retirada del club (Russo lo marginó desde su primera práctica y el ex capitán no jugó ni un minuto desde que Miguelo llegó), el único cambio de la defensa será el ingreso de Marco Pellegrino, uno de los refuerzos de este semestre.
Sin estar del todo convencido, Russo mantiene a Luis Advíncula de lateral derecho, mientras que mantiene a Lautaro Blanco en la izquierda, de muy buen rendimiento.
Pellegrino, uno de los dos refuerzos hasta ahora, se perfila para ser titular vs. Argetintinos ante la lesión de Costa (Prensa Boca).
LOS NOMBRES EN EL MEDIOCAMPO Y EL ATAQUE DE BOCA
En el medio, a la espera de Leandro Paredes, se mantiene el doble cinco que se impuso luego de la lesión de Ander Herrera: Tomás Belmonte y Rodrigo Battaglia, a quien el DT sacó de la cueva (donde había caído con Gago) y lo sostiene como el cinco clásico del equipo.
Delante de ellos, Kevin Zenón, Carlos Palacios y Alan Velasco se posicionan para darle juego y profundidad y conectar con el jugador más importante del equipo: Miguel Merentiel.
En esa zona, precisamente, Boca busca un jugador que se mueva por la derecha, algo por lo que Miguel viene insistiendo desde que asumió su tercer mandato. De hecho, Russo probó bastante estos días, con Lucas Blondel (no parece gustarle al entrenador como lateral, su función natural) y hasta a Malcom Braida quien, aunque es derecho, se suele mover como mediocampista izquierdo.
Alan Velasco se ganó un lugar en el 11 de Miguel con sus buenos rendimientos en el Mundial (Prensa Boca).
Así, por ahí anda el primer once de Miguel, a la espera de un Paredes que le dará un salto de calidad, mientras recupera lesionados importantes (Ander Herrera, Edinson Cavani) y otros futbolistas con potencial (Zeballos, Aguirre, Alarcón) que deberán esperar su chance al ritmo sereno de Miguel.
Hoy Cavani corre desde atrás (Prensa Boca).
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