El clima en San Lorenzo se torna cada vez más complejo. A la crisis deportiva y económica que atraviesa el club se le sumó una ola de protestas que escaló en las últimas horas con pintadas en los alrededores del estadio Nuevo Gasómetro pidiendo la renuncia del presidente Marcelo Moretti.
Las frases contra el mandatario aparecieron luego de una manifestación de socios e hinchas en la sede, en la que reclamaron un giro urgente en la conducción del club. Una de las consignas más visibles fue “Andate Moretti, renunciá”, escrita sobre Avenida Cruz, a metros del estadio Pedro Bidegain, donde el Ciclón será local este sábado ante Rosario Central.
La tensión política se incrementó justo antes de un partido que, más allá de lo deportivo, tendrá una alta visibilidad internacional por el homenaje que San Lorenzo realizará en memoria del Papa Francisco, recientemente fallecido.
La presión popular no es el único factor que debilita a Moretti. El mandatario, implicado en un escándalo de presunta coima, solicitó una licencia en sus funciones, lo que abrió el camino para que la Comisión Directiva comience a reordenar el panorama institucional.
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Así se reorganiza San Lorenzo: Néstor Navarro asumirá como presidente
Según establece el artículo 65 del estatuto del club, el vicepresidente primero debe asumir el mando en caso de vacancia o ausencia del titular. Por eso, todo apunta a que Néstor Navarro, dirigente que reside habitualmente en Uruguay pero ya se encuentra en Buenos Aires, será quien tome las riendas del club.
Navarro, que no necesita una votación formal para asumir, ya comenzó a trabajar en su desembarco en Boedo. Si bien aún no ha dado un «sí» definitivo, las fuentes del oficialismo aseguran que se están alineando para que la sucesión se concrete cuanto antes.
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Pablo Levalle, subintendente de Ciudad Deportiva, reconoció que el objetivo es encaminar la transición con Navarro al frente para calmar las aguas entre los hinchas.
Mientras tanto, puertas adentro esperan una decisión final de Moretti que permita cerrar este capítulo sin más sobresaltos. Algunos directivos incluso le pidieron que no realice más declaraciones públicas, ante el impacto negativo que sus palabras generaron en el ya convulsionado clima institucional.
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