Estamos frente a una de las frutas más consumidas por la población mundial ya que cada año se comen más de 100.000 millones de bananas en todo el mundo, gracias a su sabor, versatilidad y múltiples beneficios para la salud. Sin embargo, su conservación es su verdadero desafío: pasan rápidamente de un estado perfecto a uno marrón y poco apetecible. Pero ahora, un reciente descubrimiento científico promete cambiar esta realidad para siempre.
Se trata de una compañía británica de biotecnología llamada Tropic que dio un paso gigantesco. Gracias a una innovadora técnica de edición genética, desarrollaron una banana que permanece firme, fresca y amarilla incluso hasta un día después de ser pelada o cortada.
Gilad Gershon, director ejecutivo de la empresa, explicó que esta nueva variedad de banana conserva buen aspecto durante al menos 12 horas tras ser cortada y, pasadas 24 horas, presenta un 30% menos de oscurecimiento en comparación con las bananas convencionales, cuenta el medio inglés Daily Mail.
El secreto está en una enzima llamada polifenol oxidasa, responsable del clásico oscurecimiento de la fruta. A diferencia de la modificación genética tradicional, los científicos no introdujeron genes nuevos, sino que desactivaron los que ya existen y que producen esta enzima, mediante una técnica de edición extremadamente precisa.
Lo más sorprendente es que esta modificación no afecta el sabor, aroma, dulzor ni la textura de la fruta. En otras palabras, todo lo que caracteriza a una banana pero sin la desagradable transformación estética que ocurre apenas se pela.
Este avance no solo representa una mejora para el consumo cotidiano, sino que también abre nuevas posibilidades para la industria de alimentos preparados. Las ensaladas de fruta frescas y otros productos listos para consumir podrían incorporar bananas sin preocuparse por su rápida oxidación, algo impensado hasta ahora.
Para comprender mejor la importancia de esta innovación, conviene repasar cómo funciona el proceso natural de maduración de las bananas. Desde el momento en que se cosechan, las bananas comienzan a madurar. Aunque llegan verdes a los supermercados, una vez expuestas al etileno, una hormona vegetal natural, su cáscara pasa de verde a amarilla, y la pulpa se vuelve más blanda y dulce.
Este proceso es rápido: según el punto de maduración en que fueron adquiridas, una banana puede conservarse entre 4 y 7 días en buen estado a temperatura ambiente. Pero una vez pelada, entra en juego la polifenol oxidasa, que al contacto con el oxígeno acelera la aparición de las manchas marrones en la pulpa.
Por ahora, estas bananas modificadas van a estar disponibles en países como Filipinas, Colombia, Honduras, Estados Unidos y Canadá. Aunque todavía no hay fecha confirmada para su llegada a la Argentina, existen algunos recursos caseros para prolongar su frescura y prevenir el temido oscurecimiento.