Elías Piccirillo cada vez más complicado tras las declaraciones de Francisco Hauque y Anahí Aquino Laprida, la pareja que había sido detenida en el operativo montado por el financista para evitar pagar una deuda de 6 millones de dólares.
Durante una charla con TN, la pareja dio detalles pormenorizados de las turbias maniobras del marido de Jésica Cirio; de la noche que terminaron demorados y de los 14 días que pasaron presos.
«Yo tenía info de él pero nunca imaginé que vaya a ponerme cocaína en un vehículo. Aún tengo miedo por mi vida, es una situación muy estresante. No se sabe qué pasa después de esto. Si alguno de nosotros dos aparece muerto, olvidate que son ellos. No sabemos si irnos o no del país», contó Hauque.
«A las 8 me cita Elías para ir a una cena posterior en el Palacio Duhau junto a Jesica. Me acerco al hotel SLS. Él se sube con un piloto puesto, hacían 30 grados, eso me llama la atención. Él me dice que iba atrás para que mi mujer vaya adelante. Pero a tres cuadras se sube ella y él pide bajarse y subirse adelante», contó Hauque.
«Él miraba para atrás y me sacaba charla para que no mire para abajo. Me decía que Jesica estaba en camino. A los 10 minutos de llegados a la cena, dice que no va a venir, que está descompuesta. Sé que viven en Nordelta, era raro. Es decir, ¿empezó a venir y se volvió? Ya le había pedido la comida», agregó la mujer.
«No sabemos si Jésica es parte del engaño pero que sabía de la reunión, sabía. En la cena teníamos una charla normal. Él dijo que tenía unos inconvenientes que resolver con su socio Jorge Blanco, que nos juntábamos en marzo y resolvíamos. Pero tenía que charlar con su socio. Además supuestamente le iba a hacer un adelanto del pago en esa cena. Pero me dijo que tuvo un inconveniente para pagar», completó Hauque.
Según contó, una vez finalizada la cena la pareja quiso alcanzar a Piccirillo a un departamento en Libertador, pero él insistió en tomarse un taxi. Nunca más volvió a ponerse el piloto. Incluso relataron que al llegar al Palacio Duhau y bajar del coche, Piccirillo se quitó el piloto «muerto de calor».
Una vez que la pareja salió del hotel, se subieron al coche y arrancaron por Avenida Alvear. A los pocos metros los detuvieron. «A la media cuadra me detiene Robos y Hurtos, un móvil de civil. Me obligan a bajar del vehículo sin motivo aparente. Ellos decían que habían detectado violencia de género. Pero los vidrios son oscuros, no se puede ver adentro», contó Hauque.
«Nunca me preguntaron si estaba bien, que supuestamente era por violencia de género. Me tiraron los pelos, me terminan golpeando ellos», completó Anahí, quien llegó a contar tres móviles sin identificar y unas diez personas en el operativo. Sin embargo, no había testigos. Al requisar el baúl, los policías taparon todo. «Pensé que nos iban a secuestrar. Pero cuando vi tantos oficiales ahí me bajó que todo esto había sido Piccirillo», contó la mujer.
Según su relato, a Francisco lo apretaron de los genitales para evitar que grite, mientras a Anahí le ponían las esposas.
La pareja estuvo acompañada durante toda la entrevista por su abogado, Carlos Pousa, con quienes contaron los pormenores de la investigación y los detalles que fueron recopilando. «El tener el acceso para poder contratar tres brigadas de Robos y Hurtos, hacer un procedimiento en Avenida Alvear. Tuvimos la suerte que una señora tomó todo por el celular», indicó el letrado.
Incluso comentó que durante la semana en que estuvieron detenidos, se les acercó un abogado para ejercer la defensa, que les indicaba que era el único que podía sacarlos de ahí si evitaban declarar. «Lo que pudimos investigar nos lleva a decir que era un abogado que era parte de la banda, que venía de un policía», contó Pousa.
«Ellos estaban convencidos de que no se iba a saber todo esto. Por eso les quisieron plantar un abogado. Queremos que sea detenido el abogado», adelantó el magistrado. En los días que estuvieron presos, el «abogado trucho» vino en varias ocasiones a tratar de cerrar su defensa, pero ellos siempre se negaron.
Luego fueron trasladados a una alcaldía. «Yo estuve presa una semana, donde las otras reclusas me amenazaban con tirarme agua hirviendo. Él estuvo preso una semana», contó Anahí.