Entre el entramado de leyes migratorias de Estados Unidos, la “Orden de Libertad Bajo Palabra” es una figura legal que permite a ciertos inmigrantes, especialmente aquellos con solicitudes de asilo, permanecer en libertad mientras esperan la resolución de su caso en la corte. Sin embargo, esta apertura no está exenta de condiciones y riesgos, lo que genera dudas sobre su alcance y las posibles consecuencias, como la deportación.
La “Orden de Libertad Bajo Palabra” es una decisión judicial que permite a una persona permanecer en libertad mientras su caso migratorio está en proceso, sin necesidad de pagar una fianza. Este mecanismo, que también se aplica en casos penales, se otorga bajo ciertas condiciones y suele ser utilizado en situaciones donde el individuo no representa un riesgo de fuga o un peligro para la comunidad.
En el contexto migratorio, esta orden se formaliza a través del Formulario I-220A, emitido por las autoridades de inmigración:
Para muchos inmigrantes que cruzan la frontera sur de Estados Unidos, la liberación bajo palabra es un paso crucial, pero no definitivo. Muchos ingresaron al país norteamericano a través de una cita en un puerto de entrada son liberadas bajo una figura llamada parole, que les permite permanecer temporalmente mientras su caso avanza en la corte de inmigración.
Sin embargo, este estatus no garantiza la permanencia definitiva ni protege automáticamente contra la deportación:
Aunque la Orden de Libertad Bajo Palabra permite evitar la detención, no elimina el riesgo de deportación. De hecho, quienes reciben esta orden suelen ser colocados en un proceso conocido como procedimientos de remoción. Aquí es donde radica el mayor peligro: si no se toman las medidas adecuadas, como presentar una solicitud de asilo o buscar otro estatus migratorio, la persona podría ser echada del país norteamericano.
Una de las condiciones más importantes de la “Orden de Libertad Bajo Palabra” es la obligación de presentarse periódicamente ante ICE. Estas citas, conocidas como check-ins, son una forma de que el gobierno supervise a las personas liberadas y verifique que cumplen con las condiciones de su libertad.
Es importante distinguir entre las citas con el ICE y las audiencias en la corte de inmigración. Mientras que las primeras son reuniones administrativas, las segundas involucran a un juez que decide el futuro del caso migratorio.
La “Orden de Libertad Bajo Palabra” ofrece una oportunidad para que los inmigrantes con solicitudes de asilo eviten la detención mientras esperan la resolución de su caso. Sin embargo, este beneficio no está exento de riesgos. La posibilidad de deportación sigue latente y el cumplimiento estricto de las condiciones impuestas es esencial para mantener la libertad.