El 14 de abril de 2020 se confirmó el primer caso de Covid-19 en la provincia de Chubut. El paciente era un hombre de 62 años oriundo de Comodoro Rivadavia, quien había viajado a Brasil junto a su esposa. Lo que debería haber sido solo una noticia sanitaria se convirtió en una ola de ataques y prejuicios en redes sociales, dejando expuesta la peor cara de una parte de la comunidad.
El anuncio lo realizó el entonces director del Hospital Alvear y coordinador del Comité de Crisis, Javier Cáceres, quien confirmó que el paciente estaba internado en un sanatorio bajo aislamiento obligatorio y con un cuadro clínico estable. La notificación generó preocupación en la comunidad, pero también desató una reacción inesperada: la estigmatización de la familia afectada.
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El Ministerio de Salud de Chubut detalló que el paciente había regresado al país el 23 de marzo, tres días después del inicio de la cuarentena obligatoria, y que había cumplido el aislamiento de 14 días como indicaba el protocolo. Sin embargo, una parte de la sociedad ignoró estos detalles y lo señaló como el «culpable» de traer el virus a la ciudad.
Primer caso de COVID-19 en Chubut
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ESTIGMATIZACIÓN Y AMENAZAS
Esa noche, el miedo y la desinformación dieron paso al hostigamiento en redes sociales. Se viralizaron audios y publicaciones que revelaban la identidad, dirección y ocupación del paciente y su familia. Hubo insultos, amenazas e incluso acusaciones infundadas sobre el incumplimiento de la cuarentena. La esposa del hombre, impactada por la reacción de la comunidad, se negó a dar declaraciones a la prensa.
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El hijo del paciente expresó su indignación en redes sociales: «No mató a nadie, no tuvo contacto con nadie, lo putean como si lo conocieran. Publican fotos de mi familia, ni un poco de respeto. Hasta dicen que hicimos un asado… Si supieran cómo extraño a mis viejos». Sus palabras reflejaban el dolor de una familia que, además de enfrentar la enfermedad, debía soportar el rechazo social.
LA REACCIÓN DE LAS AUTORIDADES
Ante la escalada de ataques, el entonces ministro de Salud, Fabián Puratich, repudió públicamente la exposición de la identidad del paciente y llamó a la reflexión: «Es una persona que tiene una enfermedad que no es su responsabilidad, y que tiene una familia que también está sufriendo». A pesar de este llamado, la ola de comentarios negativos continuó durante varios días.
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En medio de la desazón surgió la solidaridad y la empatía. En una pequeña hoja de recetario los médicos, le escribieron un mensaje al paciente: “En esta estamos todos juntos. Te vamos a cuidar. Médicos, Enfermeras, Mucamas”.
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Mientras que la sociedad debatía y juzgaba, el sistema sanitario de Chubut trabajaba para fortalecer la infraestructura hospitalaria ante la inminente propagación del virus. Los hospitales Regional y Alvear ampliaron la cantidad de camas de terapia intensiva y se acondicionaron salas diferenciadas para pacientes con patologías respiratorias. Además, se avanzó en la instalación de un equipo de PCR en Comodoro Rivadavia para agilizar los diagnósticos.
El primer caso de Covid-19 en Chubut no generó un brote inmediato, pero marcó el inicio de una crisis sanitaria que se intensificó en junio de 2020 con la llegada del buque «Santorini». Parte de su tripulación desembarcó en Comodoro sin saber que uno de sus integrantes estaba contagiado, lo que desató una cadena de contagios que alcanzó 150 casos en un mes.
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REFLEXIONES A CINCO AÑOS DEL PRIMER CASO
A cinco años del primer positivo de Covid-19 en la provincia, la memoria de aquella noche sirve como recordatorio de la importancia de la empatía y la responsabilidad. Si bien el virus puso a prueba la capacidad del sistema de salud, también reveló las fallas de una sociedad que, en muchos casos, se rigió por el miedo y el señalamiento en lugar de la solidaridad.
Hoy, con el aprendizaje de la experiencia, la pregunta sigue vigente: ¿Actuaríamos diferente si la historia se repitiera? La respuesta definirá cuánto hemos aprendido de los momentos más oscuros de nuestra historia reciente.