Miembros del triunvirato de la Confederación buscan dar alguna señal de vida y especulan un posible paro de 24 horas antes del 10 de abril.
Declaraciones de la burocracia
En las últimas semanas, la situación política estuvo marcada por una gran intensidad, fruto de la gestión anti-pueblo del gobierno. Durante este período, las disidencias, las mujeres, los jubilados, los distintos conflictos obreros, los motoqueros y hasta las hinchadas de fútbol salieron a luchar, mientras la CGT dormía la siesta.
Luego de la violenta represión del gobierno contra los jubilados, Octavio Argüello, miembro del triunvirato de la Confederación que reemplazó a Pablo Moyano, habló en el cierre del Congreso de la UTEP, donde expresó: “Es momento de terminar y, como dijo el papa Francisco, hay que empezar a hacer lío”.
Minutos más tarde, intervino Héctor Daer, quien sostuvo: “El jueves vamos a tener una reunión de consejo directivo, pero lo que sí consensuamos todos —y los vamos a invitar a que nos acompañen a construirlo— es un paro por 24 horas antes del 10 de abril”.
Además, señaló el problema del salario, insistiendo en que: “Vienen pisandonos los salarios a través de la homologación de paritarias, algo que jamás se usó de esta manera para dejar los salarios por debajo de la inflación”.
“Si el dólar sube un uno por ciento mensual, los precios suben, pero la torta de pesos es la misma. Entonces, no cabe duda de que lo que buscan es bajar el salario. Alguno dirá que es un problema de los que tienen salarios, pero no, porque la recesión comienza a tener consecuencias en toda la sociedad”, añadió el dirigente sindical.
La primera exigencia es que le pongan fecha y no sigan dilatando la medida de lucha. De realizarse, este sería el tercer paro convocado por la Confederación durante la gestión de Milei. La medida llega tarde y se produce por la presión e indignación hacia la central, que actúa con la lentitud de Internet Explorer. Durante el año pasado, la estrategia dialoguista convirtió a los burócratas en cómplices del ajuste del gobierno.
No solo están estirando la situación hasta abril, sino que tampoco plantean ningún tipo de continuidad. Es momento de considerar la construcción de una nueva central obrera que esté verdaderamente al servicio de los trabajadores y que no especule ni negocie como lo hace constantemente la CGT.
Asimismo, hay que tomar en nuestras manos la exigencia de una fecha y un paro activo. Y si finalmente se convoca, debemos construirlo desde abajo, bregando por un plan de lucha con continuidad, sin esperar nada de esta central podrida.