Mariano Campero, Luis Picat, Pablo Cervi y Martín Arjol, los cuatro radicales que -junto al correntino Federico Tournier- blindaron el veto de Javier Milei contra los jubilados, organizaron un «Seminario por las Ideas Liberales» en La Rural, ante 200 dirigentes de la UCR en el predio de La Rural de Palermo.
Los invitados centrales del encuentro fueron la ministra Patricia Bullrich, auspiciante de los radicales con peluca en el gabinete, sus pares Luis Petri y Federico Sturzenegger y el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. El caso del ministro de Defensa es paradójico porque decidió subirse a una ola de apariciones públicas justo en medio de los rumores sobre su relevo en el Edificio Libertador, tal como informó LPO.
La ceremonia iba a realizarse este martes a las 9:30 pero tuvo que posponerse hasta el mediodía porque el Presidente convocó a una reunión de gabinete en Casa Rosada. Por eso, Bullrich habría solicitado a los legisladores que retrasaran la convocatoria.
El gobierno benefició a un radical con peluca y a Camau Espínola con designaciones en Yacyretá
El objetivo de la actividad, más allá del título pomposo, sería empezar a ofrecerle a Milei un despliegue territorial desde las entrañas del radicalismo, una apuesta similar a la arquitectura que le brindó Ernesto Sanz a Mauricio Macri con el Pacto de Gualeguaychú. Entre los participantes de la ceremonia, se comentaba que el único que había tenido una iniciativa similar era el Gordo Dan, cuando lanzó «Las Fuerzas del Cielo» con apelaciones al brazo armado de Milei y un decorado con listones fascistas que los libertarios pretendieron hacer pasar por «estética romana».
En este caso, los diputados con peluca traccionan una fracción que todavía pulsea dentro del partido, liderado por Martín Lousteau a nivel nacional. Además, su arrojo tensa la relación con Rodrigo De Loredo, presidente de la bancada de la UCR en la Cámara Baja, pese al fervor libertario del cordobés, que quiere ser candidato de Milei en su provincia.
Campero, Picat, Arjol y Cervi se habían ilusionado con la posibilidad de que el propio Milei se sumara al encuentro, cuyos detalles venían coordinando con el entorno del Presidente antes que estallara el Criptogate. La divulgación de la estafa y el escándalo posterior diluyeron las chances de exposición política del primer mandatario, más todavía después del papelón en la entrevista que le concedió a Joni Viale por TN.
Desde el oficialismo reconocieron a LPO que Karina Milei habría dado el ok para la ceremonia pero, en las últimas horas, fuentes parlamentarias deslizaron que la foto entre el Jefe de Estado y los peluca quedaría para otro momento.
Cuando LPO consultó si se trataba de una remake del asado de los 87 héroes que blindaron los vetos del Presidente al aumento de los jubilados y el presupuesto para las universidades públicas, contestaron que no. «Es un encuentro de todos los radicales que acompañamos al Presidente y lo vamos a seguir acompañando independientemente de que exista acuerdo político o no», respondieron en el Congreso.
El objetivo de la actividad, más allá del título pomposo, sería empezar a ofrecerle a Milei un despliegue territorial desde las entrañas del radicalismo, una apuesta similar a la arquitectura que le brindó Ernesto Sanz a Mauricio Macri con el Pacto de Gualeguaychú.
Los cuatro radicales que organizaron el evento pretenden que la movida es para «reafirmar el compromiso». «Nosotros salimos con discurso a defender las ideas del gobierno y nos matamos en los medios», explican.
La principal beneficiaria del arrojo de Campero y sus colegas fue, en su momento, la ministra de Seguridad, que levantó su perfil después de acercarle a Milei a los cinco radicales para la foto, un día antes que se defendiera su veto contra los jubilados en Diputados.
La ministra de Seguridad llegó a participar de una reunión de mesa política, junto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y senadores aliados, lo que la ponía en una jurisdicción ajena. Al notar ese protagonismo, según comentaron a LPO, Karina ordenó bajarla.