Marcelo Gallardo explotó de emoción, literalmente, en el festejo del 1-0 de River en el clásico contra San Lorenzo. Porque ese gol le sacó la tensión a un partido que se había presentado incómodo para su equipo y que había generado un par de cantos de reproche de los hinchas: el «movete, River, movete…» y «pongan huevos, pongan más corazón…». Y también porque la definición de Facundo Colidio llegó tras una buena conbinación colectiva entre Driussi, Montiel y el 11.
El Muñeco se había mostrado molesto hasta ese momento por la escasa generación de juego de River y la falta de claridad en los metros finales. Por eso, siendo consciente que sus jugadores necesitan ir sumando confianza partido a partido para «ir soltando la máquina», el entrenador celebró con saltos, una corrida y puños bien apretados de frente a los hinchas antes de darle el clásico abrazo a su ayudante Matías Biscay como en cada festejo.
Gallardo y su intensidad en cada una de las indicaciones (MARCELO CARROLL).
“Bienvenido sea el resultado para calmar las urgencias y seguir mejorando”, destacó luego Gallardo en la conferencia posterior al triunfo por 2-0, además de explicar que «yo tengo que transmitir calma, sabiendo lo que significa la conformación de un nuevo equipo, con nuevos jugadores que empiezan a soltarse a medida de que corren los partidos». Sin embargo, en el momento de este festejo el Muñeco no pudo controlar sus impulsos y dejó de lado la cautela para sumarse al desahogo de todo el Monumental.
El festejo del Muñeco en el 1-0 contra Independiente
River Plate –
El desahogo de Gallardo tras el 1-0 de Colidio
Video: @RiverPlate
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