Jannik Sinner sigue con su momento mágico: venció por 6-3, 7-6 (7-4) y 6-3 al Alexander Zverev y se quedó con la final del Australian Open. El italiano, número uno del mundo, reafirmó su condición de N° 1 en el Rod Laver Arena del Melbourne Park. Lo más impresionante es que en 2h42m, el campeón no le dio al rival una situación de break point a su favor.
El tenista nacido hace 23 años en San Cándido, al norte de su país, consiguió su tercer título de Grand Slam, después de haberse coronado en esta misma cita el año anterior y en el US Open, también en 2024. La contracara es el talento de Hamburgo, de 27 años, que perdió su tercera final grande, después del US Open 2020 y Roland Garros 2024.
Sinner es el tercer jugador de este siglo en ganar al menos tres Grand Slams consecutivos sobre pistas rápidas. Igualaó al suizo Roger Federer, quien prevaleció en cinco entre 2005 y 2007, y a Novak Djokovic, ganador de tres eventos seguidos en este tipo de superficies entre 2011 y 2012, y entre 2015 y 2016.
Sinner venía impregnado de un aura de imbatibilidad, ya que con este triunfo acumula 21 partidos invicto, entre torneos ATP (17) y Copa Davis (4). La serie exitosa comenzó en octubre del año pasado, cuando el italiano conquistó el Masters de Shanghai, el ATP Finals y se quedó con la Ensaladera de Plata junto a sus compañeros de la Azzurra. La última derrota se la propinó el número tres del mundo, el español Carlos Alcaraz, en la final del China Open.
Más allá de que Zverev venía con menos desgaste físico por el por el retiro de Novak Djokovic (7º) en la semifinal disputada el viernes pasado, no pudo en la definición ante Sinner, vencedor en las semifinales ante el estadounidense Ben Shelton (21º) en sets corridos.
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