El ex legislador Guillermo Ceferino Kraisman, histórico dirigente y puntero peronista de la provincia de Córdoba, se vio envuelto una vez más en un incidente policial y quedó detenido. Esta vez no fue por querer llevarse un paquete jamón crudo sin pagar: ahora quiso retirar un millón de pesos de un banco con un documento falso.
Kraisman -que además de haber sido concejal en la ciudad de Córdoba también fue funcionario municipal-, de 61 años, se presentó el jueves junto a una mujer -identificada como Luciana Castro- en la sucursal del Banco de Córdoba de la avenida 24 de Septiembre al 100. en el barrio General Paz.
Ambos se dirigieron a una de las cajas de la sucursal bancaria con la intención de retirar un millón de pesos de una cuenta que estaba a nombre de una mujer que no era la que acompañaba al ex legislador.
Voceros de la causa señalaron al diario La Voz del Interior que la cajera del banco descubrió que algo no andaba bien cuando notó que había “varias incongruencias serias” al constatar la firma y el DNI presentado para concretar el retiro, sobre todo con el nombre de la dueña de la cuenta.
Las explicaciones que ensayaron tanto Kraisman como la mujer no convencieron a la cajera, que convocó a sus superiores para resolver la situación y se alertó al personal policial del banco, que demoró a la pareja.
“Nada cerraba por ningún lado. En el banco, Kraisman estuvo todo el tiempo pegado a la mujer que quería sacar la plata. No la soltaba. Estaba encima de ella y le hablaba. Y la forma en que actuaron fue ampliamente sospechosa y disparó todas las alertas del banco”, comentó a La Voz del Interior una fuente cercana a la investigación.
Informadas de la situación las autoridades, el fiscal Andrés Godoy dispuso que tanto Kraisman como Castro quedaran detenidos. El exlegislador permanece alojado en la alcaidía del Establecimiento Penitenciario N° 9 de Córdoba, acusado de presunta tentativa de hurto.
La de este jueves no es la primera vez que Kraisman termina siendo acusado de un delito. El episodio más recordado, por lo insólito, tuvo lugar en septiembre del 2024, cuando el hombre que se desempeñó como director de Promoción de Clubes Sociales y Deportivos de la Municipalidad de Córdoba en la gestión del intendente Daniel Passerini fue captado por cámaras de seguridad mientras robaba fiambres de un supermercado.
Esa vez, el dirigente peronista pretendió llevarse un pack de bondiola, otro de jamón crudo, una lata de atún, y un pote de mermelada de cereza sin pagarlos, escondidos en sus ropas, de un súper ubicado en el barrio Irupé de la capital cordobesa. No tuvo en cuenta que sus movimientos habían quedado «escrachados» en las cámaras de seguridad del local.
Cuando en la caja le pidieron que mostrara lo que tenía escondido se negó, y se enfrentó a los gritos y con intentos de agresión a dos policías que estaban en el lugar y se habían acercado para aclarar el entredicho. Luego de intentar escapar, fue detenido y el frustrado hurto hizo que lo cesaran en sus funciones municipales.
Más allá de lo anecdótico del episodio, ese no es el único antedecente de Kraisman. Ni el más grave.
Luego de asumir como concejal en 2003 recibió denuncias por administración fraudulenta en un centro vecinal, por robo de energía eléctrica en su domicilio, y por robo de elementos en el centro vecinal mencionado. Y en 2006 debió dejar la banca por tres imputaciones, entre ellas una por amenazas y lesiones leves.
Además, recibió denuncias vinculadas con su gestión al frente del club Avellaneda de Córdoba. Una por por robar energía eléctrica, y otra por intento de soborno a un árbitro.