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Preocupación en campo e industria por el impacto que tendrá la menor devaluación desde febrero

Uno de los principales desafíos para el Gobierno en 2025 es que la actividad económica pueda crecer en forma sostenida, algo clave para el empleo y el humor social, más de cara a las elecciones, pero algunos analistas advierten que la reducción del crawling peg a 1% mensual a partir de febrero, sumado a medidas fomentan las importaciones, podría poner en riesgo la recuperación de algunos sectores.

El primer año de gestión de Javier Milei estuvo marcado por un comienzo fuertemente recesivo por el impacto de la devaluación, y el duro ajuste fiscal y monetario. En los dos primeros trimestres de 2024, la actividad económica cayó 2,1%, y 1,7% respectivamente. Recién en el tercer trimestre hubo un rebote de 3,9% respecto a los tres meses previos, lo que devolvió a la economía al nivel de actividad con el que había terminado 2023. Milei festejó ese dato y se lo dedicó a los «econochantas de mandrilandia».

Tras el rebote del tercer trimestre, las consultoras estiman que la actividad económica cerró 2024 con una caída que rondará en entre 2,3% (Eco Go), 2,5% (EconViews, EPYCA), y 2,7% (ACM, Grupo SBS), menor a la previsión de retracción de 3,5% que fijaba el Presupuesto. El dato oficial final del PBI en 2024 lo difundirá el INDEC recién a mediados de marzo.

Para este año, las consultoras pronostican que la economía registrará un crecimiento que oscilará entre 3,5 y al 5%. Pero insisten que algunos sectores despegarán, mientras que otros podrían verse perjudicados.

Reducción del ritmo devaluatorio: cómo puede impactar

Pamela Morales Jourdan, analista de EconViews, señaló a iProfesional que «la reducción del crawling implica que vamos a seguir teniendo apreciación cambiaria, que nos resulta muy barato importar, y es caro para la gente del exterior comprar productos argentinos, asi que nosotros exportamos menos».

«También le trae problemas al agro porque los márgenes de beneficios de quienes exportan soja y demás resultan muy achicados, y no tienen incentivo a exportar tanto por el tipo de cambio como por el precio de la soja que tampoco ayuda, así que es un problema para la recuperación», afirmó.

En ese sentido, la Mesa de Enlace definió este jueves solicitar una audiencia con el ministro de Economía, Luis Caputo, y con el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, «con el fin de exponer la crítica situación del campo y solicitar un alivio fiscal inmediato, a través de la reducción de impuestos que permita a los productores hacer frente a los costos crecientes y mantener sus actividades y la eliminación de los derechos de exportación».

Por su parte, Florencia Fiorentin, economista jefe de Epyca, sostuvo que la reducción del crawling puede afectar especialmente la recuperación de la industria «porque a una inflación que más o menos se mantiene constante por encima de la tasa de devaluación anterior, eso va a generar más apreciación y más dificultades para competir contra los productos importados».

En sintonía, Christian Naud, analista de ACM, afirmó que «un peso más apreciado y la flexibilización del sistema antidumping (anunciado este jueves) jugarán a favor de las importaciones y podrían tener un impacto negativo en el sector industrial, sobre todo si no hay políticas claras orientadas a mejorar la competitividad (principalmente mediante reducciones impositivas)».

Maximiliano Ramírez,socio de Lambda Consultores, concordó que la modificación del régimen antidumping junto con el «tipo de cambio que tenemos, fomenta que aumenten las importaciones y tendrá un impacto negativo sobre la producción local».

Por su parte, Alan Versalli, analista de Eco Go, dijo que la modificación al sistema antidumping «con la cual el Gobierno quiere presionar a la baja los precios» sumado «a la reducción del crawling, son una continuidad del sendero del Gobierno de mayor apreciación cambiaria y apertura comercial».

«En la medida que continúe el flujo de dólares (como contracara de la recirculación de los dólares del blanqueo en la economía y el endeudamiento del sector privado), el BCRA continúe comprando dólares y se mantenga a raya el nivel de brecha, la economía continuará recuperándose en 2025 en el marco de una política monetaria expansiva (con crecimiento del crédito interno en pesos y dólares)», evaluó.

¿Qué sectores despegarán en 2025 y cuáles pueden ser perjudicados con el plan de Luis Caputo?

Un informe de la Fundacíón Mediterránea detalló que los sectores que hasta el momento acumulan el mayor nivel de caída (con datos a noviembre) son la construcción (-24% interanual) seguido por la industria (-14%) y el comercio (-12%)«. Por otra parte, resaltó que «los sectores que manifiestan mejor desempeño desde la asunción de Milei son: minería, agricultura y ganadería, intermediación financiera,y actividades inmobiliarias y empresariales».

En EconViews plantean que «en 2025, algunos rubros se van a beneficiar de la mayor apertura a las importaciones, mientras que otros podrían verse perjudicados».

«El caso de los textiles es un buen ejemplo. Durante los últimos años gozaron de medidas de protección, pero ahora los consumidores también tendrán a disposición una mayor oferta de productos importados», alegaron.

Al respecto, Morales explicó: «Un tipo de cambio bajo perjudica a ciertas industrias, y al agro. Resulta particularmente fácil para nosotros importar bienes de consumo finales, entonces los industriales que fabriquen bienes finales en Argentina, léase los textiles, van a tener que competir contra bienes que vamos a traer importados, que van a resultar especialmente baratos por el tipo de cambio, y encima ya son baratos de por sí, porque hay menores costos que en Argentina. Esos sectores van a perder por todos lados».

En cuanto al sector Comercio, en EconViews prevén que «se prepara para dar el salto: la inflación en niveles bajos y el aumento de la oferta de crédito a los particulares van a seguir impulsando el consumo y, además, los vendedores van a disponer de una mayor variedad de productos para ofrecer dada la normalización de importaciones, lo cual es un plus».

No obstante, remarca que «el obstáculo es la recuperación lenta del ingreso disponible«.Y esgrimió que «si bien la baja de la inflación permite una mejora de los salarios reales, buena parte de esos salarios gastan en servicio (tarifas, prepagas, transporte)». En ese marco, la consultora enfatizó que «esperamos que sea un obstáculo sorteable, a medida que los precios en general se estabilicen»

Por su parte, Naud comentó que en 2024 «la caída en la actividad fue compensada parcialmente por los sectores agrícola, minero y energético, mientras que los sectores ligados al mercado interno se vieron mucho más perjudicados por la caída de la demanda interna» ante el deterioro de los ingresos.

«Proyectamos que esos mismos sectores liderarán el crecimiento, aunque ponemos un asterisco en el sector agrícola, que por factores climáticos desfavorables podrían atenuar su aporte a la actividad», advirtió.

Por otro lado, el analista contó que «esperamos que los sectores ligados al mercado interno muestren cierta recuperación en comparación con 2024, principalmente debido a la menor base de comparación, aunque la mayor afluencia de productos importados también podría tener un impacto adverso».

En sintonía, Versalli aseguró que «los sectores que impulsarán la recuperación son el segmento de hidrocarburos y minería, además del comercio, que continuará recuperándose en la medida que se recompongan los ingresos reales, de continuar el sendero descendente de inflación». 

«Otro, es la intermediación financiera, que continuará recuperándose en 2025 de la mano de la recuperación del crédito», auguró.

En tanto, Versalli afirmó que entre los rubros más perjudicados por el atraso cambiario estará la «Construcción, en la medida que se continúe coordinando el encarecimiento en moneda dura de sus costos», y dijo que «tenemos proyectado una recuperación en el margen para este segmento en 2025, aunque continuaría en niveles bajos.

Crédito, inflación, tasas: factores clave para el crecimiento de la economía en 2025

Versalli indicó que «nuestro escenario base para 2025 es que la economía crezca en torno al 5%«. Y subrayó que «con respecto a la forma de la recuperación, la economía ya superó el nivel de noviembre de 2023, luego de tocar piso en abril. Se puede decir que el rebote fue rápido«.

De igual visión, en Facimex Valores recalcaron: «Hasta ahora, nuestra tesis fue que la actividad atravesaría una recuperación gradual, con volatilidad intermensual dando forma a una W. Sin embargo, la última actualización del EMAE dejó fuertes revisiones al alza que mostraron que la economía rebotó más rápido de lo que creíamos hace un par de meses. Los últimos datos mostraron que en octubre la actividad había superado el nivel de noviembre 2023 dando forma a una recuperación que, ahora sí, es decididamente en V».

En ese marco, en Facimex proyectan «que la economía crecerá más de 4% este año con un fuerte impulso de la invesión y una sólida recuperación del consumo».

Fiorentin vaticinó que en 2025 «la actividad económica va a tener algo de rebote, pero más bien gradual, porque aún hay muchos factores que limitan una fuerte recuperación tipo en V, principalmente los ingresos reales y la masa salarial por la caída del empleo».

Por su parte, Morales Jourdan precisó que en EconViews «esperamos para 2025 un crecimiento de 5%«. Y subrayó que «lo más importante lo tenemos que es la estabilidad, los precios ya no van a volar, el hecho de que haya baja inflación permite una mejor planificación y la recuperación de los salarios reales, aunque sea lenta».

«Esos van a ser motores del crecimiento. Quizás el motor más importante va a ser el crédito. Desde que resurgió el crédito hay un fuerte impulso al consumo de bienes durables, puede ser que la recuperación siga viniendo por ese lado».

Ramírez dijo que la actividad » va a crecer como un rebote: proyectamos que en 2024 cierra con una caída de 3,5% y este año la recuperación va a ser 3,5%, o sea que recupera lo que cae, pero si tomas el promedio de esos dos el crecimiento es cero». Y vislumbra que «la recuperación no va a ser en forma de V sino de L porque el principal driver que fomenta el nivel de actividad que es el consumo no está traccionando, a pesar de que se está recuperando el salario en términos reales,pero eso no se está trasladando al poder de compra,porque el pago de servicios está influenciando mucho y entonces la gente reordena su canasta de consumo».  

El Grupo SBS estimó que «de mínima, el PBI debería rebotar 3% en 2025, y que el desvío al alza o a la baja de esa marca dependerá finalmente de varios factores».

Entre ellos, por el lado optimista, argumentó: «El mercado viene descontando en precios una continuidad en la calma nominal de 2024, con una desinflación que permitiría seguir recomponiendo tanto salarios reales como la confianza del consumidor, variables clave para impulsar el consumo privado. Asimismo, si continúan las bajas de tasas y la expansión del crédito, esto podría también apuntalar el consumo. En tanto, por el lado de la inversión, el RIGI junto a mayores desregulaciones al sector privado podrían apuntalar el rebote y convertirlo en crecimiento. Además, la mejora en la producción de petróleo sumado a una marginal mejora en gas también contribuiría».

«Por el lado pesimista, se prevé que tal vez la masa salarial siga algo rezagada en el rebote (aún con el piso en salarios reales ya en el pasado), limitando el upside del consumo privado. En tanto, consideramos que los crecientes costos en dólares derivados de la fuerte apreciación cambiaria podrían limitar el potencial tanto en inversión como empleo privado. Finalmente, los precios bajos de commodities agrícolas y una potencial merma en la cosecha podrían perjudicar al agro», advirtió.

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