Querida Sonia, pasaron 17 años de tu muerte. Un asesinato tan cruel como difícil ee entender. Sigo transitando el camino que empecé con vos. Sigo buscando y luchando por el socialismo. Cada vez más convencida de que este sistema capitalista día a día le hace más daño a nuestra sociedad. A los tuyos, a los míos, a todos. A la naturaleza, que la va horadando y destruyendo, esclavizando y matando a inocentes en pos de la ambición desmedida de unos pocos que va contra nuestros derechos sociales e individuales, llevándose puesto todo a su paso.
Hoy seguramente estarías junto a nosotras y nosotros, Jubiladxs de Izquierda, todos los miércoles en el Congreso reclamando y exigiendo por nuestros haberes y luchando para que nos quiten los medicamentos y la propia vida, y por una recomposición de las jubilaciones en genera, ya que dimos lo mejor de nuestros años productivos a nuestro país y ahora esperando al final de nuestros días obtener la dignidad merecida.
Amiga y compañera Sonia, diste lo mejor por otra clase de sociedad. Una más justa e integradora. Desde la escuela pública al medioambiente. Pasando por la salud pública y las políticas locales. Para que los verdaderos beneficiarios fueran los trabajadores y sus familias. Hemos luchado juntas con lo que ello implica. Esperábamos juntas el tren Belgrano. Compartimos mates, charlas, reuniones, marchas, sonrisas, broncas, corridas y complicidades.
Te cuento que nos sentimos orgullosos de las semillas que nos dejaste. Natty está cada vez más comprometida con la vida. Y con tus mismas causas. Con la misma disciplina y coraje que vos. Yo sé que las ves a tus chicas, tus hermosas hijas y me sonrío porque se lo orgullosa que estás de las tres. Laura, Melisa y Natalia llevan tu sonrisa y tu fuerza como bandera. Tus nietes son personitas maravillosas y tu compañero Antonio siempre cuidando de tu familia y siempre luchando por cambiar la sociedad y por hacer crecer el partido. Siguiendo por el mismo surco como vos querías: solidarios y comprometidos.
Te extrañamos y al recordarte cada año también nos asola un poco de bronca por lo injusto de tu muerte, por la gran pérdida que sufrimos. Te cuento que ahora atravesamos un gobierno de derecha, ajustador, represor y autoritario, pero no le tenemos miedo; lo enfrentamos, nos juntamos más seguido a enfrentar los ajustes injustos que recibe nuestra clase. Y a pesar de que el mundo da muestras suficientes para organizarse hacia un socialismo, las conciencias no están lo suficiente maduras para cambiarlos ya, y así pueblos enteros permiten que los patrones los sigan atropellando. Pero sabemos que lo vamos a cambiar.
Juntas pasamos el argentinazo y hace unos días lo recordamos. Te vi desarrollar uno de los primeros merenderos y vos lo hiciste en tu hogar. Te vi luchar hacia el final por los pibes de Cromañón. Me enseñaste a luchar, me compartiste valores y la riqueza de tu dignidad, y lo vuelvo a decir: lo que mas extraño de vos es tu sonrisa. Esa Sonrisa que derribaba inseguridades y te vestía de honor y compromiso. Tus compañeros te seguimos recordando con el amor hacia vos y tu causa intactos.
Querida Sonia, nunca te vamos a olvidar. En cada lucha vos siempre estás, y con un mundo socialista volverás.
Marcela Leguizamón