domingo, 20 octubre, 2024
16.2 C
Rawson
InicioEconomíaLuis Caputo tiene la difícil misión de convencer al FMI de que...

Luis Caputo tiene la difícil misión de convencer al FMI de que el cepo todavía es necesario

«Prepárense porque se viene una tremenda oleada de dólares», dijo Javier Milei ante el auditorio de empresarios de IDEA, donde muchos de los más veteranos habrán sentido el «deja vu» de frases similares escuchadas en los gobiernos anteriores. Hubo aplausos generalizados, como siempre, pero de ahí a que eso se traduzca en las inversiones que reclamó el día anterior Toto Caputo, hay un largo trecho.

De momento, en el mercado celebran los datos positivos, empezando por la calma cambiaria, que igual tendrá que pasar pronto por un test exigente: la temporada de vacaciones veraniegas, en la que miles de argentinos volverán a tentarse con precios más baratos en el exterior y demandarán dólares -teóricamente, ya sin la vigencia del impuesto PAIS en sus gastos con tarjeta de crédito-.

Para el gobierno, el discurso de Milei en IDEA fue el final perfecto para una de las mejores semanas financieras. Mientras disfruta el efecto del blanqueo de capitales -dólar paralelo planchado y un Banco Central comprando cantidades inusitadas para esta época del año- anunció su séptimo superávit fiscal consecutivo. Fue en ese marco que bajó el índice de riesgo país y que grandes bancos de inversión, como el JP Morgan, recomendaron con énfasis comprar títulos de deuda soberana argentina, a los ven con bajas probabilidades de default.

«Ahora estamos más dispuestos a asumir escenarios positivos para la implementación de políticas, en medio de una capacidad de pago resiliente al menos hasta 2025. Esta visión se refuerza por un contexto definido por una perspectiva global más favorable para los activos de riesgo y un sólido apoyo público a Milei», afirma el reporte del banco.

Pero ahora empieza otra semana en la que quienes deben ser persuadidos son los funcionarios del Fondo Monetario Internacional, y allí surgirán los recordatorios sobre las asignaturas pendientes.

Luis Caputo hizo la tarea: intervino en el mercado cambiaro y contuvo al dólar

Luis Caputo viaja a la asamblea del FMI en Washington con la confianza de quien hizo la tarea. Y hasta podrá mostrar la última resolución del BCRA que reduce a un mes el acceso a las divisas para los importadores que todavía tenían que esperar dos meses desde el momento en que su mercadería ingresaba a la aduana. Es decir, un paso más en larga senda gradualista hacia el levantamiento del cepo cambiario.

Pero también es cierto que la calma financiera se logró en el marco de un fuerte intervencionismo, algo que contradice la propia prédica liberal del gobierno. Es algo que, con una mezcla de reproche y aprobación, la propia Cristina Kirchner ha marcado en sus discursos.

Tanto es así que, en los últimos días, hubo analistas que se sorprendieron de cómo, al término de algunas jornadas financieras, se produjeron grandes ventas en bloque de bonos, con lo que se contribuyó a contener el tipo de cambio en el paralelo.

Los más críticos acusan al gobierno de establecer un «seguro de cambio» de facto, que les da a los inversores la garantía de que podrán continuar con su política de «carry trade». Sin un dólar estable, todo el esquema se caería, porque las altas rentabilidades que se están obteniendo dependen, precisamente, de que el mercado confíe en que seguirá baja la brecha entre el paralelo y el tipo de cambio oficial, lo cual a su vez se refleja en bajas tasas del mercado de futuros Rofex.

Hasta cuándo es necesario mantener el cepo cambiario

La atención mediática ha estado centrada en si el gobierno puede lograr una asistencia en dólares frescos por parte del Fondo, algo que hasta ahora no aparece como una opción factible. Sin embargo, en este momento el objetivo de Caputo parece puesto más bien en otro punto: que el Fondo acepte que resulta inviable levantar el cepo cambiario por un buen tiempo.

Las insinuaciones que ha dejado el gobierno y que han comentado los economistas más cercanos en las jornadas anuales del BCRA apuntan a que, por lo menos, los controles cambiarios seguirán hasta que se hayan disputado las elecciones legislativas del año próximo. En otras palabras, un año entero de vigencia.

El ministro de economía fue claro en el sentido de que considera más nocivo apurarse a levantar los controles y que el resultado sea una devaluación -con su inevitable efecto contagio a precios- que mantener el cepo hasta que las variables se hayan normalizado.

Desde su punto de vista, el levantamiento del cepo tiene que darse «cuando no produzca un estrés a la población», lo que todos interpretan como un momento en que no haya riesgo de un salto devaluatorio.

Gita Gopinath dio aval político a intervenciones de gobiernos en mercado cambiario

Gita Gopinath dio aval político a intervenciones de gobiernos en mercado cambiario

Los acuerdos y ajustes del FMI con sus mayores deudores: ¿está más flexible?

¿Qué dirá el Fondo ahora? Desde hace tiempo se está hablando sobre un «nuevo FMI», que tiene más cuidado por los efectos sociales de sus políticas y que se muestra menos dogmático que antes en algunos de sus postulados fundamentales -como el equilibrio fiscal y la flotación cambiaria-.

Pero las señales son ambiguas. A juzgar por los últimos acuerdos con sus mayores deudores, el nuevo FMI se parece peligrosamente al de siempre. Por caso, en Pakistan se aprobó el mes pasado un salvataje de u$s7.000 millones de dólares, pero esto quedó condicionado a un duro plan de ajuste, que implica subas de tarifas y de impuestos y la eliminación de 150.000 puestos de trabajo en el sector público. Las quejas por el impacto en la población más pobre ya se están haciendo sentir.

En Egipto, hace seis meses un acuerdo que implicó una asistencia por u$s8.000 millones, pero también hubo condiciones. El país debía renunciar a los controles cambiarios y dejar flotar la moneda nacional. «La normalización del mercado de divisas, que su precio se designe por el mercado y esté disponible para el sector privado e individuos es una reforma que debe ser sostenida. Es importante y debe ir avanzando. En cada revisión no se debe ver un regreso a las limitaciones en el mercado de divisas», advirtió un comunicado oficial del FMI. 

Al momento del acuerdo, había una cotización informal en el que cada «dólar egipcio blue» cotizaba a 60 libras, el doble del tipo de cambio oficial. Tras la devaluación de 54%, la paridad quedó en 48 libras por dólar.

Con esos antecedentes, podría pensarse que el gobierno argentino tiene pocas chances de conseguir un aval para continuar con su programa de intervencionismo cambiario. Sin embargo, en los últimos días hubo algunas señales de flexibilización.

Una fue específica para Argentina: hay indicios de que el FMI unificará las dos revisiones pendientes del programa. Es decir, evaluará un semestre entero en vez de dos trimestres, y eso permitirá que Caputo eluda el «reprobado» en la difícil materia de acumulación de reservas.

Es algo que en el mercado financiero se interpreta como una aceptación al nuevo esquema de intervención sobre el mercado cambiario -la «fase 2» para absorber el sobrante monetario- cuya consecuencia es el sacrificio de los dólares del BCRA.

El «paper» de un FMI más tolerante y que busca evitar las crisis de los Estados

La otra señal fue la publicación de un «paper» académico que la vicedirectora Gita Gopinath elogió, dándole así un aval político. Y en ese trabajo se admite que hay ocasiones en las cuales la intervención gubernamental sobre el mercado de cambios se puede justificar.

No es, por cierto, un aval a regímenes como el cepo, sino que hace referencia a países con relativa libertad cambiaria. Pero admite que en situaciones de crisis de liquidez, o ante un cambio repentino del contexto internacional que genere una fuga de capitales, se justifica que los bancos centrales salieran a vender dólares para evitar males mayores.

Las situaciones que describe el trabajo de los economistas Basu, Das, Harrison y Nier se asemeja a la de 2018 en Argentina -cuando Toto Caputo fue ministro de finanzas y luego presidente del BCRA-. En aquel momento, igual a las situaciones que se describen en el trabajo del FMI, un imprevisto cambio en la política de tasas del primer mundo desató un movimiento de capitales que provocó una súbita devaluación.

Claro, la diferencia radica en que, para los economistas del FMI, las intervenciones cambiarias deben ser la excepción y no la regla. Y que, sobre todo, la condición para que no derive en crisis es que haya disciplina fiscal.

¿El FMI seguirá aceptando el cepo?: la difícil tarea de Luis Caputo será convencerlos

¿Cómo se traducirá esto a la situación argentina? Es el tema que actualmente se debate en el mercado. Hubo quienes advirtieron que no debe confundirse la tolerancia a regímenes de «flotación sucia» con un apoyo a un régimen como el cepo. Gabriel Caamaño, director de la consultora Outlier, contestó a quienes comparan el caso argentino con el que hubo hace años en Chile.

«Esto de decir que Chile tuvo cepo sí que es un cuento», afirma Caamaño. «No confundan controles de capitales y hasta cambiarios laxos (Argentina pre 2011) con un cepo de controles cambiarios duros».

Para Héctor Torres, ex representante argentino en el directorio del Fondo, no habrá una exigencia de libre flotación del peso. «De hecho, desde hace rato que el FMI no exige abrir la cuenta capital (acepta restricciones al movimiento de capitales), ni recomienda flotaciones «limpias» en mercados «poco profundos» (nuestro caso)», argumenta.

Sin embargo, advierte que eso no significa que el Fondo acepte la continuidad de la situación actual: «Estimo que en un nuevo programa el FMI recomendará una política cambiaria que permita reconstruir las reservas del BCRA, es decir que evite un atraso que ponga en riesgo ese objetivo», agrega.

Y en ese punto, precisamente, reside una de las mayores polémicas: ¿está el peso en este momento bien valuado o ya necesita una corrección? Para muchos economistas, es un dato preocupante el déficit de cuenta corriente -es decir, la que mide la diferencia entre el flujo de dólares que entran y los que salen de la economía- que se registra desde mediados de año. El deterioro fue marcado: pasó de un superávit de u$s3.200 millones a un déficit de u$s3.160 millones.

Según Jorge Vasconcelos, economista jefe de la Fundación Mediterránea, se abre ahora una «ventana» en la que el gobierno podría aprovechar el ingreso de divisas por el blanqueo, para levantar el cepo sin que ello suponga una devaluación brusca. Pero advierte que ese período será de pocos meses. Y el gobierno no parece tener apuro.

El tema «de fondo» en la discusión con el FMI es que Caputo, a esta altura, al cepo ya no como un problema sino como un garante de la estabilidad. Es lo que permite que los exportadores sigan vendiéndole sus dólares al BCRA y que los importadores prefieran quedarse en pesos para aprovechar la tasa de las Lecap.

Será una prueba para ver qué tan lejos llega la flexibilidad de pensamiento del «nuevo» Fondo Monetario.

Más noticias
Noticias Relacionadas