Amalia Granata revivió recientemente uno de los romances más comentados de su juventud: su breve pero intenso vínculo con el cantante inglés Robbie Williams. Esta historia, que se remonta a cuando Granata tenía 23 años y Williams 30, comenzó en un contexto que muchos recordarían como surrealista.
El flechazo entre ambos ocurrió cuando la estrella internacional se presentó en el programa de Marcelo Tinelli, donde rápidamente surgió una conexión que, aunque fugaz, dejó huella en ambos.
A pesar de que Robbie Williams no tardó en declararle su amor públicamente durante un recital en Chile, lo que hasta ahora se desconocía eran los motivos detrás de la decisión de Granata de rechazar al famoso cantante. En una charla íntima con Ángel De Brito en su programa de streaming «Bondi«, la actual diputada provincial de Santa Fe, decidió abrirse y compartir detalles sobre aquella decisión que tomó hace más de una década.
El punto de quiebre en su relación con el cantante, según relató Granata, se dio cuando Robbie Williams le pidió que lo acompañara a su recital en Telefe y luego que viajara con él a Chile. «Yo le dije: ‘No, me tengo que ir a mi casa'», recordó la modelo, haciendo hincapié en que en ese momento priorizó su carrera y su vida en Argentina, por sobre la tentadora oferta de seguir al cantante en su gira sudamericana.
Ángel De Brito, sorprendido por la revelación, no pudo evitar comparar la situación con la relación que Granata tuvo años más tarde con el exfutbolista Cristian «Ogro» Fabbiani. «Pero le dijiste que sí tantas veces al Ogro Fabbiani… ¡¿Cómo le vas a decir que no a Robbie Williams?!», exclamó el conductor.
«La verdad que lo que tenía en la cabeza es que yo no tenía ni pasaporte porque lo había dejado en Rosario y era muy chica. No tenía plata tampoco si después me quería volver. El pibe no me ofreció ni plata para un taxi. Entonces yo me ponía a pensar cómo decirle que no podía», detalló Amalia Granata.
«Fue visita sin sexo… ¡Nunca lo conté! Él medio que se hizo el mimoso y yo no quería porque en ese momento tenía un novio. No daba y estaba mi amiga abajo», confesó, subrayando que la presencia de su amiga y su situación sentimental en Argentina fueron determinantes para mantener la relación en un plano platónico.
Sin embargo, la barrera idiomática y la distancia fueron factores decisivos para que la comunicación entre ambos se fuera apagando con el tiempo. «Como yo no sabía hablar inglés la comunicación por mail se fue perdiendo y no nos vimos nunca más», concluyó la diputada, cerrando un capítulo de su vida que, aunque breve, sigue siendo uno de los más comentados de su juventud.
