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La jugada opinión del Pipi Romagnoli sobre Lionel Messi: «Va a jugar el Mundial, pero…»

Terminó la Copa América. Y el fútbol argentino empezó a rodar de a poco. De visitante, la columna de entrevistas de Diego Díaz, en Paparazzi, pasó por la cancha de San Lorenzo y tuvo un picante mano a mano con el Pipi Romagnoli, el actual DT del equipo de Boedo.

-Llegamos a lo que podríamos decir que es la casa de Leandro Atilio El Pipi Romagnoli para todo San Lorenzo. ¿Es así no? ¿Hace cuánto?

-Hace un montonazo diría. La verdad es que es como un cuento que viene desde muy chiquito, cuando tenía entre 7 u 8 años. Vine a lo que era escuelita con el histórico Toto Ver y bueno… ahí arrancó mi vida con San Lorenzo.

-Pasaron muchas cosas. ¿Qué sentiste en el momento que te confirman que Insúa dejaba el cargo y te convertís en el entrenador del club de tu vida?

-Primero contento, feliz porque era lo que realmente quería, pero a la vez sabía que era una o es una responsabilidad muy grande porque es un poco lo que marcás: nací acá, jugué un montón de tiempo y he pasado también como directivo, manager o como lo quieran llamar. Es mucha la responsabilidad que tengo. Muchos me dicen que pongo en juego el título de jugador querido, pero bueno, yo en el momento que empecé a ser entrenador acá sabía mucha de las cosas que están pasando.

-Cómo jugador las pasaste todos. Ahora ya tenés unos meses como entrenador. ¿Ya sabés qué es lo que se disfruta más?

-Jugar, siempre… Me tocó la suerte de estar en todas: fui jugador, ser manager y ahora entrenador y tener todas las visiones. Pero como jugador de fútbol no hay: vos venís, entrenás, terminás, te bañas, agarrás tu bolsito y te vas a tu casa. No pensás nada, solamente tenés que pensar en que el otro día tenés que levantar temprano. El entrenador es otra cosa, ¿eh? Tenés que armar la semana, pensar y ver quién está mejor, planificar el partido. El entrenador está más expuesto que el jugador, porque siempre cuando las cosas no van bien, se le cae más, se le cae más al entrenador y después al jugador. Cambia mucho.

-Cómo era tu familia. Tu infancia. El colegio. La decisión de ser jugador de fútbol. ¿Te dieron apoyo?

-Siempre quise ser jugador y ellos me apoyaron siempre. La contención de mi familia siempre siempre estuvo y bueno, todos saben que mi viejo jugó en Huracán, es de Huracán. Y mi vieja de San Lorenzo y mi viejo nunca me dijo nada, siempre me acompañó.

-¿Soñabas con qué iba a ser el referente, el ídolo, que haya un mural tuyo?

-Siento orgullo. Si vos me preguntabas si pensaba que iba a pasar todo eso, no. Ni imaginaba. Cuando era chico vivía enfrente de una plaza, jugaba todo el día, dormía con la pelota. Veía mucho fútbol de Primera, que era mi época. Y soñaba con ser jugador de fútbol. Pero con los años fue todo más grande: los campeonatos, el cariño de la gente, todo eso superó mis sueños.

-¿Quién fue tu primer ídolo?

-Con mi tío venía gratis, y miraba mucho a Silas y a Pipo Gorosito. Eran mis referentes, mis ídolos. Yo jugaba de enganche y los seguía a ellos por el puesto, por sus características y porque eran los más queridos. También era medio fanático del Toti Iglesias, el de Racing, por como festejaba los goles. Yo hacía pasos o mostraba los tatuajes de mis viejos. El fútbol desde chiquito. Yo dormía con la pelota en la cama. Mi mamá siempre cuenta que en Reyes hicieron un esfuerzo grande para comprarme una bicicleta. Al lado me pusieron una pelotita, y yo fui corriendo por la pelota.

-¿Cuáles fueron los entrenadores que te marcaron en tu carrera?

-Como digo siempre al primero que le estoy agradecido es a Oscar Ruggeri, porque con sólo 17 años me hizo debutar en Primera. Era un buen entrenador, simple. ¿Qué me decía? Te daba consejos y te pedía que juegues. La historia es que siempre nos decía que no había que comprar el auto con la primera plata que uno ganaba. Primero la casa, y a mi me quedó. Yo me compré el auto. Y me gastaba: ¿dónde tenés el baño? ¿La cocina? ¿El cuarto?

-¿Cómo fue tu relación con la plata? ¿Te la gastaste? ¿La invertiste?

-Fue bastante austero, y la invertí bien. Yo estaba leyendo una nota que dice que los jugadores de fútbol el 70 % terminan mal. No sé si es verdad o si mentira, pero yo la cuidé.

-Vos trabajaste con chicos de la Reserva, ¿los aconsejás?

-Sí, siempre le estamos un poco encima. Pero es difícil con esta generación. Hay que repetir mucho. Video de 5-7 minutos y mañana volver a hablar del tema. No les quedan las cosas. En Primera es otra cosa, pero es complicado.

-Lo escucho a Gorosito hablar de la magia de Messi. ¿Qué te pasa a vos?

-Lo mismo. Es un fuera de serie: Maradona y Messi son de otra galaxia. De Diego agarré la etapa final. Lo vi poco en videos. Ahora pones la M en la computadora y te sale ya Messi con todos los videos. Y antes para ver videos de Diego era más difícil. A Messi me tocó enfrentarlo con el Sporting. La fase de grupo la jugamos con el Barcelona de Messi, Eto y Henry y no los pudimos ni agarrar. Era imparable y fue en uno de los mejores los mejores momentos. 2007 y 2008. Arrancaba y arrasaba. Lo que me pasa con Messi ahora es que el Barca no es lo mismo sin él. Es un equipo grande, la historia y etc. Pero dejó de ser el Barcelona, ese que todos queríamos mirar.

-¿Llega Messi al Mundial que viene?

-Yo creo que llegar, llega. Y ahí que ver cómo, porque los años pasan para todos. Eso es una realidad, los años pasan para todos. Por ahí a 33, 34, 35 te sentís bien y al año siguiente eso se va rápido porque empiezan a pesar los partidos, los años, las lesiones. Y los pibes vuelan. Yo me sentía bien, eh. Pero a los 36 ya no estaba tan bien. Y pasó sólo un año.

-¿Te acordás quién no te la dejó tocar?

-El que me pegaba mucho era el Chicho Serna. No había empezado el partido que ya me estaba pegando. Una vea a los 5 minutos en La Bombonera me dio una patada que no sabes.

-¿Te has llevado mal con alguno en tu carrera que recuerdes?

-No, en líneas generales no. Con el único que no tuve una buena experiencia fue Aguirre, pero ya pasó. Era un poco lo que te decía de cuando si tomás cosas buenas o malas del entrenador. Para mí la clave es ir de frente con el jugador, decirle la verdad. Y no mentirle. Así todo es más fácil.

-Un gol…

-El de la Copa Sudamericana, en Colombia, contra Nacional. Era una final. Me quedo con ese.

-¿La psicología hoy es indispensable para el fútbol?

-Tenés que tener. Hoy todo es muy mental todo. Hay que acompañar al jugador, no todos son iguales. ¿Si yo iba a terapia? No, tuvimos acá en el club en mi época, pero el jugador le resiste un poco. Yo creo que hay más ahora psicólogos deportivos, pero el jugador le resiste un poco. Tiene que haber porque hay chicos que lo utilizan y le sirve.

-Hay momentos difícil, a vos te tocaron las dos. Peleaste un campeonato y peleaste un descenso.

-Claro, no es para cualquiera. Acá teníamos 50 mil personas todos los partidos, ya se había vivido en el ‘81.

-Tuviste un partido inolvidable contra Newell’s.

-Sí, ese partido quedó en la historia. Estábamos 2-0 perdiendo contra el equipo del Tata Martino y la gente estaba media fastidiosa porque se veía ya un equipo, no descendido, pero un equipo como que no tenía respuesta. Se da vuelta un partido impresionante, ¿eh? Con el empuje de la gente lo sacamos adelante.

-Ahí es dónde digo que se necesita algún tipo de ayuda.

-Después tuvimos el otro partido, que fue contra San Martín de San Juan. Lo ganamos, pero necesitábamos el resultado de Colón contra Banfield. No fue nada fácil ese momento.

-Saliendo del fútbol, ¿qué te gusta hacer?

-Me había enganchado un poco con el paddle, que está de moda. Pero ya abandoné. Soy malo nada, no voy al cine. Voy a veces porque mi mujer me empuja con las entradas. El teatro me gusta más. La última que fui es a ver a Miguel Angel Rodríguez. Y a Bossi varias veces.

-¿Fuiste bolichero? ¿Cómo te llevaste con la noche?

-Sí, sí, fue bolichero. Fui mucho cuando era chico en el barrio que íbamos a Puerto, después fui mucho a Flores, a Chiclana. Pero tampoco tanto, che. No me quemé, jajaja.

-¿Encarador o los amigos te ayudaban?

-No, tenía que encarar. Igual me casé de chico. Estoy con mi mujer, Celeste, hace 22 años. La conocí en el 2001 y en 2004 nos fuimos a convivir. A fin del 2004 me vendieron. Y me fui con ella. Al final de diciembre fuimos padres. Tengo una hija de 19 y otra de 17.

-¿Qué tipo de papa sos?

-Soy un poco cuida. Los novios que vienen son hola y chau. Soy medio serio, pero no de malo. Cuando entro en confianza soy más divertido.

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