Desde que eran novios Candelaria Tinelli se adentró a una nueva vida junto a Coty Sorokin, acompañándolo en sus giras y presentaciones por Europa, y pasando gran parte del tiempo junto a él, se dedicó a compartir con su comunidad paisajes y gastronomía de los lugares que visitan.
Y fue por estos días que la influencer y su flamante marido Coti Sorokin decidieron vivir una nueva aventura en pareja para lo cual alquilando una casa rodante para recorrer el viejo continente por su cuenta, a su tiempo y gusto. Experiencia que fueron compartiendo en las redes con sus seguidores.
Para empezar, la hija del conductor del Bailando capturó el comienzo del viaje filmando al cantante cuando llegaba por ella con este enorme y particular vehículo. “No es un camión, es nuestra casa caracol”, escribió el yerno de Marcelo Tinelli.
Así, poco después, Cande y Coti abrieron las puertas de su intimidad y de la casa rodante mostrando el interior de ella y todas las comodidades con las que cuentan. “Esta es la caravana, por acá se entra”, invitó Sorokin a su público para vean las imágenes que captaba Lelé de la casilla por dentro.
EL NIDITO DE AMOR MOVIL DE CANDE Y COTI
“Con este botón se enciende la luz general, con este otro se enciende la bomba para abrir la canilla, y con estos vas viendo los depósitos de agua”, detalló el artista quien hasta se recostó en la cama que está en la parte superior con ventana corrediza al cielo al tiempo que la hija de Marcelo Tinelli le preguntaba por las comodidades del toilette.
“Este es el sector comedor, nosotros trajimos una lucecita”, remarcó Sorokin al tiempo que se veía la mesa y los sillones rebatibles que se hacían camas y comentó: “La caravana tiene mucha autonomía en cuanto a luces y gas. Nosotros por ejemplo, no estuvimos en ningún camping, estuvimos siempre donde quisimos, ahora, paramos en medio del campo”.
Asimismo, en paralelo, Coti hizo una publicación en el muro de su cuenta de instagram donde redactó: “Viajamos a Spain con mi amada Cande Tinelli. Bordeamos el Mediterráneo y luego llegamos casi hasta Francia. Y así seguimos rumbo hacia Madrid. Es verdad que por trabajo viajamos mucho, pero este viaje fue distinto. La libertad de salir de casa sin rumbo fijo, improvisando todos los días y llevando con nosotros todo lo que necesitábamos para estar bien”.
