Los pájaros utilizan diferentes dialectos para comunicarse entre sí, dependiendo de su zona geográfica, según afirma un estudio llevado a cabo recientemente por un equipo de ornitólogos de la Universidad de California, en Berkeley, y de la Universidad Estatal de Missouri, en Springfield.
Para llevar a cabo el estudio, los especialistas visitaron 15 islas celestes ubicadas en el este de África, –desde el monte Kenia hasta el monte Kilimanjaro, en Tanzania -, pasando por Malawi hasta Mozambique, en donde lograron registrar los cantos de 123 aves individuales de 6 linajes diferentes de Cinnirys orientales pertenecientes a 5 especies diferentes.
Los investigadores desarrollaron una técnica estadística para distinguir entre cambios graduales y ráfagas de cambios rápidos, correlacionando los cantos de los pájaros con diferencias en las secuencias genéticas, lo que les permitió establecer que las diferencias en el canto no parecían correlacionarse con el tiempo que las poblaciones individuales habían estado separadas, según lo estimado por las diferencias genéticas en su ADN.
“El canto de los pájaros no es una exhibición artística útil sólo para impresionar al sexo justo. Los diferentes cantos forman parte del ámbito de los mecanismos de reconocimiento de la propia especie, una especie de barrera conductual para evitar cruces innecesarios y estériles, con el consiguiente gasto de energía, con hembras de diferentes especies”, explicaron los investigadores.
“La sorprendente naturaleza estática de sus cantos podría deberse a la falta de cambios en los entornos de vida de estas aves. Además, los hábitats tropicales, -y en particular los picos montañosos de la zona ecuatorial- y las llamadas islas en el cielo, en realidad son lugares con condiciones muy estables, a diferencia de, por ejemplo, los hábitats de las aves en el hemisferio norte”, agregaron.
Teniendo en cuenta los datos obtenidos, los biólogos sostienen que características como si bien ni el canto aprendido ni el plumaje varían en las poblaciones aisladas, si evolucionan en pulsos, puntuados por largos períodos, tal vez cientos de miles de años, de pequeños cambios, por lo que anticiparon que seguirán con su investigación en África Oriental para intentar averiguar qué es lo que realmente impulsa a algunas aves a alterar sus cantos, pero no a otras.