Si Willy Wonka viviera en el mundo real, seguramente elegiría Bariloche como el lugar predilecto para instalar su fábrica. Probablemente, el sueño de Homero Simpson, de una ciudad con calles, veredas y locales hechos de chocolate, también se asemeja mucho a esta emblemática localidad patagónica. Es que la ciudad rionegrina es la capital indiscutida del chocolate en el país: caminando por la avenida Mitre, el aroma literalmente invade las calles, a tal punto que nadie se puede ir de allí sin antes colmar sus valijas con cuanta variedad de bombones haya disponibles.
Lo extraño para muchos es cómo una ciudad, ícono del turismo tanto local e internacional, no tuvo jamás vínculos con el chocolate. Es más, allí no hay rastros selváticos, necesarios para la materia prima que es el cacao. Aun así, y sin contar con el producto madre, es una de las más mencionadas en el mundo como la productora del chocolate artesanal más rico.
Actualmente, en la Patagonia se producen más de dos mil toneladas de chocolate al año, convirtiéndose en todo un símbolo de la gastronomía austral.
Así y todo, la ciudad tiene su propia Fiesta Nacional del Chocolate (https://fiestadelchocolate.com.ar/), que se celebra todos los años y este 2024 se llevará a cabo entre el 28 de marzo y el 1° de abril.
En el evento, los maestros chocolateros fabricarán una barra de 218 metros del mejor chocolate artesanal para que puedan disfrutarla por todos los visitantes. Para los más chicos, por ejemplo, también habrá actividades lúdicas relacionadas, claro está, con el chocolate. En este sentido, los menores podrán graduarse en la “universidad del chocolate”. Pero además, también podrán ser “detectives de chocolates” y jugar un “memotest chocolatoso”.
Para los más grandes de la familia, en tanto, también habrá espectáculos musicales, obras de teatro y diferentes actividades en el Centro Cívico de Bariloche. Punto de partida de la reconocida “calle de chocolate”: Mitre. Se trata, en definitiva, de arteria sobre la cual se encuentran unas 20 chocolaterías que ofrecen a los turistas todas las versiones gastronómicas del chocolate, además de combinarlo con café y pastelería.
Como se sabe, las fábricas de chocolate artesanal importan el cacao desde países como Brasil, Ecuador, Colombia, Perú o Venezuela, todos con algún vínculo cercano a las selvas amazónicas, de donde se piensa que fue encontrado por primera vez hace más de cinco mil años por los pobladores mesoamericanos.
Historia. Si bien en la actualidad el chocolate es un sinónimo de Bariloche, la historia sobre cómo llegó a la ciudad no es tan conocida. ¿Por qué ganó su fama de chocolatera sin rastros cercanos (ni siquiera en Argentina) de producción de cacao?
Corría el año 1947 y miles de italianos dejaban su tierra natal, buscando oportunidades tras la guerra. Así fue como Aldo Fenoglio y su mujer, Inés, llegaron a Bariloche desde Torino, el norte de Italia, con sus conocimientos en repostería como principal ventaja. A través del boca en boca la chocolatería se hizo conocida en toda la Patagonia.
El boom turístico de Bariloche en los 60 y 70 le dio un espaldarazo a todo el sector chocolatero, que necesitaba también un producto estrella que surgió de casualidad: el chocolate en rama. Un olvido en una de las máquinas, provocó la creación de esta delicatessen, que se convirtió en un símbolo de Bariloche.