Pese a la disparada de la inflación -en diciembre podría rondar el 25% y otro tanto en enero-, los jubilados y pensionados mantendrán en enero sin cambios los haberes que cobraron en diciembre, incluido el bono de $ 55.000 para los haberes más bajos. Para febrero, el Gobierno decidirá si continúan sin cambios o dispondrá de algún ajuste por decreto.
En consecuencia, con una suba acumulada de los precios en dos meses que podría superar el 55%, los haberes sólo recibieron en diciembre una suba del 20,87% y cero aumento para enero.
Esa caída de casi 35 puntos (representa un retroceso del 22%) se suma a la que estuvieron teniendo desde 2017 en adelante, lo que significaría una pérdida promedio del 50%. Menor caída para los que cobran los bonos y mayor para los que no tuvieron ningún refuerzo.
Durante 2023, la pérdida jubilatoria afectó a todos los jubilados y pensionados, incluidos los que percibieron bonos. En diciembre 2022, el haber mínimo era de $ 50.124 más un bono de $ 10.000 (total $ 60.124) y este mes de diciembre cobraron una mínima de $ 105.713, más $ 55.000 ($ 160.713). Representa una suba del 167,3%.En tanto, la inflación anual se perfila en torno del 200%. El ingreso total mínimo se ubicaría 32,7 puntos por debajo de la suba de los precios.
El bono de $ 55.000 se mantendrá en enero, por lo que el ingreso total seguiría en $ 160.713, cuando en esos dos meses la inflación podría acumular un 50% o más.
Por eso, el Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, plantea que no basta con mantener el pago del bono sino que los haberes jubilatorios –y no sólo los de la mínima– deberían aumentar al ritmo de esta suba “infernal” de los precios, mientras el nuevo Gobierno vaya anunciando y se puedan analizar los proyectos con los cambios previsionales, en especial los aumentos por decreto a partir de marzo.
Más catastrófica en relación a sus haberes originales es la situación de los que no cobraron bonos que este año 2023 tuvieron un aumento del 110,9% versus una inflación del 200%. Representa una caída del 30% en apenas 12 meses. Si sumamos la inflación de enero, la caída podría rondar el 40% o más.
Estas pérdidas se suman a la de los últimos años: Este proceso tiene varias etapas:
• Entre septiembre 2017 (base que se toma por el cambio de la movilidad durante el Gobierno de Mauricio Macri), y diciembre 2019, las jubilaciones y pensiones y demás prestaciones sociales tuvieron un deterioro del 19,5% en relación a la inflación.
• En 2020, ya con Alberto Fernández, con los aumentos diferenciados por decreto las jubilaciones y pensiones aumentaron entre el 35,3% y el 24,3% versus una inflación del 36,1%.
• En 2021, con una inflación del 50,9%, punta a punta los aumentos fueron del 52,7%.
• En 2022, la fórmula de movilidad arrojó un 72,5% versus una inflación anual del 94,8%. Una pérdida del 11,5%.
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