Juana Viale no busca ni pretende mucho más de lo que la vida le propone. Como si ese andar liviano, asociado al disfrute natural del oficio, fuera toda una declaración de principios. “Vivir con expectativa me parece muy traicionero. Yo disfruto. Y el día que no la pase bien, dejaré de hacer lo que hago”, expone a título de su regreso a la pantalla – el domingo 29, a las 13.45 por eltrece- como conductora del reversionado Almorzando con Juana.
En vísperas del retorno, el tiempo le pisa los talones, pero la actriz y conocedora del timing televisivo, lo sabe manipular.
“No te entusiasmes”, le pide, en pleno hall del Four Seasons Hotel Buenos Aires, al fotógrafo designado. Pero la que se entusiasma es ella. Y entre disparos fotográficos que podrían tensar a cualquiera, Juanita -y su eterna melena ondulada hasta la cintura- sólo regala desparpajo con distendidas poses -off the record- que le quitan formalidad al asunto.
“Yo quiero ser yo. No quiero que me comparen ni con mi abuela ni con Susana ni con Lanata… Amo que me comparen con mi abuela porque es mi sangre, pero hasta ahí…”, aclara, dando por sepultado un tema recurrente desde que asumió el rol compartido. “Naturalmente somos diferentes. Mi abuela es mi abuela, la señora Mirtha Legrand y yo soy yo, Juana Viale. Ni aunque fuésemos gemelas podríamos ser lo mismo. Su oficio de hace más de 50 años no se compara con una aprendiz que va por el cuarto año de programa”, dice.
Novata o no, las legendarias mesazas hoy -también- bailan al ritmo de Juana. Y retomar ese timón, con comensales a tono para acompañar el debut como Darío Barassi, Luciano Cáceres, L-Gante y Luciana Geuna, se respira -dice su anfitriona- siempre distinto.
“Seguimos respetando el formato original, aunque con Jime Monteverde en la cocina, que es algo que le sumamos, pero no mucho más. Como la abuela trabaja en la misma escenografía tampoco podemos modificarla”, aclara.
A la mesa. Juana Viale tendrá en su primer programa a L-Gante, Darío Barassi, Luciano Cáceres y Luciana Geuna. Foto: StoryLab-Se barajaron otras pantallas, pero te quedaste en eltrece. ¿Te incomoda ese tire y afloje con los canales? ¿Hasta dónde te interiorizás?
-Eso es algo que no me corresponde. Los productores se ocupan de negociar, armar la mejor estrategia y yo no me meto. Se pondrán los pelos verdes y volverán a su color de pelo original, no sé, jaja. La productora con el canal resuelven. Pero todo ese tire y afloje es natural que suceda desde que existe Alejandro Romay en la televisión.
-Mirtha Legrand volvió primero y le fue muy bien. ¿Cómo viste a tu abuela en su regreso?
-Muy bien, fui al estudio. Muy hermosa. Con mucha garra. Ella es muy profesional y estaba entusiasmada. La vi contenta.
Ponerse la 10
-¿Hay una Juana más aplomada después de ganarte un Martín Fierro?
-No, el Martín Fierro es un reconocimiento que hoy existe y mañana no. Me parece que lo aplomado es el estar, el caminar en este proyecto que ya van a ser cuatro años, si no me equivoco. De los cuales arranqué de una manera muy fuerte, muy intempestiva. Me puse la 10 de Boca y había jugado papi fútbol toda la vida… Fue muy complejo y creo que me aplomé en ese sentido.
-Dejaste asentado que no te gustan las comparaciones…
-Es que no puedo tener un referente comparativo. Yo quiero ser yo. Tampoco la televisión es algo tan estático que permanece de una manera o método. Creo que todo se va modificando.
Juana Viale se siente cada vez más cómoda en su rol de conductora. Ahora ejercerá esa función en los Martín Fierro latinos. Foto: StoryLab-Si bien sos actriz, hace rato se te ve “como en casa” conduciendo. ¿Te falta estar descalza?
-Ya estuve en patas, jaja. Me di ese gusto. Es un aprender constante y la paso bien. El día que no la pase bien, no lo voy a seguir haciendo.
-¿Cómo es un domingo típico en tu casa? ¿Se duerme? ¿Se madruga?
-Bueno, con hijos es muy difícil dormir. El que tenga hijos y quiera dormir un domingo que me invite a su casa. Porque los chicos cuando no tienen que ir al colegio se despiertan más temprano que cuando tienen que ir. En mi casa se está… Se está con las plantas, se juegan juegos de mesa.
-¿Hay mesa grande o mesa chica?
-No, mesa chica. Siempre estamos sentados en el piso del living, básicamente.
La conductora de TV que no tiene tele
-¿Seguís sin televisión? ¿Tus hijos no ven lo que hacés?
-No, en casa no tenemos tele. No somos mucho de eso. No existe eso de: “¡Vengan a verla a mamá!” (Simula un grito elevando el tono de voz).
A pesar de trabajar en TV, Juana Viale no tiene televisor en su casa. Foto: StoryLab-Ser madre de adolescentes debe ser otro cantar también. ¿Uno va perdiendo protagonismo con los hijos?
-No sé a qué te referís con protagonismo, pero una madre siempre está. Más allá de si haya un programa o no para ver. Después resulta ser que somos los que llevamos, los que traemos, los que nos quedamos despiertos o esperamos un llamado, los que estamos en las reuniones de las escuelas, los que cocinamos. Depende cómo uno se quiera ver como protagonista.
-¿La bisabuela Mirtha es protagonista para ellos?
-Sí, súper. Es re bisabuela.
-Te llevo a las elecciones: ¿Sos optimista con las opciones de cara al balotaje?
-Me parece importante como mensaje decir que lo que sea, sea lo mejor para la Argentina. Indistinto a cómo piense. La Argentina necesita optimismo, necesita creer, que nos digan la verdad, necesita arrancar. Entonces no sé quién va a ser, pero el que sea, que lo haga.
-¿Qué escenario vaticinás de acá a noviembre?
-No sé, yo no digo nada. Ni idea.
-¿Le diste entidad al furcio (Se refirió a la candidata Myriam Bregman como Ingrid Bergman, actriz sueca) tuyo que se viralizó en redes sociales o pasó de largo?
-No me parece tan terrible. Solamente dije Ingrid, porque Ingrid es una actriz que tiene prácticamente el mismo apellido por una letra y Myriam. Tampoco fue tan grave.
En pose. Juana Viale sabe cómo moverse ante las cámaras. Foto: StoryLab
La faceta de actriz (y la de cocinera)
El tiempo de Juanita, reducido a un junket con ping pong de periodistas, regala pocos baches. “Ahora estoy atrás de los derechos de un proyecto de teatro muy lindo”, adelanta a Clarín, con dos películas “festivaleando” sin estreno y una aparente tranquilidad con fecha de vencimiento. “Estoy así porque todavía no llegó el domingo. Que es un día bastante particular, donde el aire corre distinto”.
-¿En qué sentido?
-Funciona distinto el oxigeno, la energía… No puedo explicarlo. ¿Viste cuando vas a la Patagonia? ¿Respiraste por la nariz el aire de la mañana? ¿Viste que te duele acá (se señala) cuando respiras aire muy puro? Bueno, a mí me pasa eso. Pero como todavía no llegó, no me anticipo.
-¿Se te hizo larga tu vuelta a la televisión?
-No, porque estuve ocupada en otras cosas. Y un poco se perdió el calendario, el de los chicos. Con marzo a diciembre en televisión. Hacer tele te modifica un montón. Pero este año estuve viajando, trabajando, haciendo proyectos en España.
-¿Apareció la oportunidad o apuntabas al mercado español?
-Tenía muchas ganas y se abrió una ventana de dos meses. Y, en ese tiempo, montamos obra y la hicimos allá. Estuvo re linda la experiencia. Pero también tengo hijos y tengo rutina, colegios, reuniones etcéteras de madre… Ahora los chicos entienden que lo del programa es una vez por semana, pero la demanda de actuar te lleva mucho más. ¡Eso sí te desordena! La tele es un día nada más.
-¿Siempre hay alguna película nueva dando vueltas?
-Tengo dos dando vueltas. Ahora se presentó una en el festival de Morelia, que se llama Recursos humanos. Una mexicana que filmamos en Córdoba. Y después otra que se llama La Virgen Rosa que está yendo a festivales.
Para Juana Viale, la Argentina necesita optimismo, necesita creer. Foto: StoryLab-¿Hay algún rol al que no te le animes?
-Por ahora, no.
-No sos miedosa.
-No, no soy miedosa. Soy argentina, jajaja.
-Al unipersonal te tiraste de cabeza…
-Sí, una experiencia re linda en España. Tráfico (así se llama la obra) es muy difícil, pero muy gratificante. Muy osado e interesante. Mucho miedo también, pero después cuando estás ahí es increíble. No tener a nadie y que dependa todo de uno.
-En algún momento tuviste tu propio canal de recetas en redes sociales. ¿Seguís dedicándole tiempo a la cocina?
-En pandemia era como el hábitat especial para poder hacerlo. Pero mi demanda diaria no me lo permite. Igual, en mi casa cocino muchísimo y me encanta.
-No sos devota del delivery…
-No, soy lo anti-delivery. Prefiero cocinarte una pizza a las diez de la noche que llamar a pizza. Igual he llamado, pero soy muy anti.
-¿Vas a conducir el Martín Fierro Latino? ¿Hay una nueva Juana?
-Puede ser, no sé. Ya me verás, si sucede o no…