La pérdida del poder adquisitivo hace que las personas tengan que recurrir a la tarjeta de crédito para tratar de adquirir bienes o comida. En los últimos días se hace cada vez más difícil encontrar financiación; los comerciantes no tienen listas de precios y nadie sabe qué opciones les ofrecerá el sistema a los compradores.
“No sabemos qué financiación tenemos”. Esa es la frase que se repite entre los comerciantes de Comodoro Rivadavia. No importa el rubro: electrodomésticos, ropa, herramientas o comida.
“Hay tarjetas que directamente uno fija en cuántos pagos quiere pagar y te cobra únicamente el gasto bancario, pero el resto de las tarjetas les cobra la financiación de las cuotas al cliente. Esos intereses son altísimos, donde el cliente tampoco quiere agarrar esos planes”, explicó Daniel Góngora, miembro de la Cámara de Comercio de Comodoro Rivadavia.
La situación se pone difícil para los compradores. Muchas veces la compra supera el monto que tiene cada tarjeta y se imposibilita el poder realizar la transacción. “Según la condición de cada persona, se autoriza la operación o no. Por ahí la gente va confiada a comprar pensando que el límite le va a dar, pero cuando llega a la caja no se lo aprueba”, subrayó el dirigente en diálogo con El Patagónico.
Otro de los escenarios es no poder pagar el saldo completo o arrastrar un monto del mes pasado. “La verdad es que hoy se está ajustando mucho con eso. En otras épocas ese límite se corría y se autorizaba la operación, sabiendo que se pagaba un interés sobre eso, pero hoy ese interés es muy alto y después termina en que no se termina pagando. Entonces, directamente te rechaza la operación porque tiene mucha deuda la tarjeta”, aseguró.
“Es como que volvemos a la época vieja donde había que pedir autorización para ver si la operación pasa o no porque están rechazando muchísimas compras por el comportamiento de la cuenta con la tarjeta”, consideró Góngora.
En este sentido, el miembro de la Cámara de Comercio de Comodoro Rivadavia sostuvo que la gente trata de hacer un esfuerzo cuando llega una fecha especial. “Las personas lo piensan, se cuidan más a la hora de comprar. La clase media por lo general cuando llega una fecha especial (como el Día de la Niñez, Navidad o Reyes) se mete en gastos y lo paga en cuotas, pero el que realmente no tiene poder adquisitivo espera, o no lo compra directamente. No tiene esa ansiedad por tenerlo y directamente no lo lleva”, aseguró.
Esa situación hace que el mercado se achique más y que la mercadería pase meses sin venderse, por lo que el precio se termina desactualizando. “La gente, por poner un ejemplo, ya no compra ropa y el comerciante no genera una venta y el gasto fijo le sigue creciendo; eso arrastra a todos”, apuntó.