Son los Cóndores chilenos que completaron el «desafío del guerrero» con la Infantería de la Marina para apuntalar «la fuerza mental y el trabajo en equipo».
El seleccionado chileno de rugby completó un entrenamiento militar bautizado «el desafío del guerrero» como parte de su preparación para el Mundial de Francia que comenzará a disputar en el Grupo D, junto a la Argentina, Inglaterra, Japón y Samoa. Sin ropa de entrenamiento, pero con la de fajina puesta, los jugadores vivieron una experiencia lejana a su zona de confort, sin relojes, teléfonos ni otro tipo de tecnología.
Los Cóndores, dirigidos por el uruguayo Pablo Lemoine, se recluyeron cuatro días en el Fuerte O’Higgins, donde funciona el Centro de Entrenamiento del Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada de Chile. En el periodo de Eliminatorias, también lo habían hecho. Pero los precursores fueron rugbiers del club Los Troncos, que en 2007 hicieron su pretemporada con esa modalidad y luego ganaron el campeonato nacional.
“El Desafío del Guerrero ha sido clave. Ha sido la línea que hemos tomado en momentos difíciles, hemos aprendido en el año pasado cuando nos tocó jugar la eliminatoria para el Mundial: estábamos en una situación muy difícil, con 20 puntos abajo, los jugadores tomaron mucho de esas enseñanzas, se juntaron, buscaron soluciones y desafiaron sus límites. Siempre se puede un poco más, la fuerza mental tiene que superar siempre la media», explicó el entrenador principal Lemoine.
La delegación estuvo compuesta por 12 personas del staff y 37 jugadores, pero solamente 22 completaron el desafío, ya que el resto lo había realizado la primera vez. La actividad se prolongó durante 18 horas en las que el grupo fue exigido psicológicamente con la intención de trabajar la fuerza mental y el trabajo en equipo. Lo primero que sucedió, fue la entrega de un banderín, que el grupo debía conservar durante la actividad. Los jugadores se equiparon como soldados y cumplieron con las exigencias. Varias horas después tuvieron un descanso y en ese lapso… les birlaron el banderín y los ejercicios se encausaron en la recuperación de lo sustraído.
Con ese objetivo caminaron 35 kilómetros por la noche, durmieron a la intemperie y luego recuperaron el banderín perdido. Otra de las pruebas fue arrastrar un camión en subida, evitar que pierda el control en las bajadas, y llegar a un punto designado. Los militares que también cumplen con ese ejercicio, suelen completarlo en media hora. Los Cóndores lo lograron en 18 minutos.
La experiencia finalizó con una competencia entre en botes patrulla, en el trayecto a una Unidad de la Armada anclada en el Pacífico para concretar un ritual: un «salto de confianza» al mar , pero desde un buque de guerra. De regreso a tierra, la autoridades militares entregaron a cada participante un anclote, el símbolo de la Infantería de Marina.
«El Desafío del Guerrero ha sido el diferencial para este grupo en la clasificación para la Copa del Mundo y pretendíamos que sea lo mismo para el Mundial. Con esto apuntamos a crear una cohesión en el grupo y queremos tener a los 33 jugadores que viajen (a Francia) con esta prueba realizada y, sobre todo, teniendo claro los valores que dan este tipo de pruebas”, completó Lemoine.
Después de completar el entrenamiento con las fuerzas armadas, Los Cóndores volvieron al trabajo en Santiago de Chile y antes de viajar a Francia jugará amistosos ante Uruguay, en Montevideo el 29 de julio, y regresará a su país para medirse con Namibia y Argentina XV, el 5 y 12 de agosto, respectivamente.
El seleccionado chileno debutará en el Mundial ante Japón, el 10 de septiembre, luego jugará contra Samoa el 16; el siguiente paso será Inglaterra, el 23; y cerrará la participación en la zona de grupos ante Los Pumas, el 30.